Segundos después del tiroteo el caos y horror se instalaron en el centro de Estrasburgo. "Hay gente en medio del tumulto que dice que han escuchado disparos", cuentan las primeras voces cercanas al acto. Los españoles en la zona fueron testigos de escenas de gran crudeza.

Entre ellos, Ana, que pide que se le distorsione la voz porque aún tiene el miedo en el cuerpo: "Vimos a una persona tendida en el suelo junto a un charco de sangre bastante grande. Yo vi una herida en el vientre. Era un hombre de 50 años, físicamente parecía europeo. Luego lo confirmé con un policía, que ya había fallecido".

Otra víctima del atentado yacía en el suelo no lejos de allí. Mikel, que estaba en el mercadillo de Navidad de la ciudad, alcanzó a verlo: "Vimos a una persona en el suelo. Pensamos que se había desmayado, que era otro tipo de problema. Tenía puesta una manta de calor".

Muchos españoles que trabajan en el Parlamento Europeo se dirigían al centro a cenar. Algunos se encontraban en el autobús, desconcertados. "Me quedo en el autobús, me meto en algún sitio... Finalmente, nos resguardamos en un restaurante", cuenta Alejandro.

En el Parlamento Europeo, el confinamiento se alargó hasta pasadas las tres de la madrugada. Muchos, asustados, se quedaron toda la noche. "Los hubo que se quedaron aquí hasta por la mañana porque el tirador sigue huido", nos cuentan. Confinados tras un partido de baloncesto, en este pabellón esperaron poder salir. cientos de personas entonaron la marsellesa, su respuesta ante la barbarie.