A la celebración asistieron representantes canadienses y españoles, entre ellos el embajador de España en Canadá, Carlos Gómez-Múgica Sanz, y miembros de la asociación cántabra Mil Velas, así como 27 miembros de la familia del inventor español que cubren tres generaciones de los Torres Quevedo.

Durante la ceremonia, Janice Thomson, la presidenta de Niagara Parks, la organización canadiense que gestiona las cataratas y su entorno natural, destacó el valor que el llamado Spanish Whirlpool Aerocar ha proporcionado a una de las mayores atracciones naturales del mundo.

"Desde que se puso en marcha el 8 de agosto de 1916, el Whirlpool Aerocar ha transportado a millones de personas de forma segura sobre el río Niágara ofreciendo vistas sin igual de los rápidos y la garganta de Niágara", señaló Thomson.

"La continuada operación del Aerocar es un testamento vivo de la brillantez y capacidad de visión de futuro de su original diseñador e ingeniero, el español Leonardo Torres Quevedo", añadió. De hecho, el Aerocar de Torres Quevedo es una de las principales atracciones de las cataratas y más de 10 millones de turistas lo han utilizado desde que se puso en marcha hace un siglo.

El Aerocar transporta a un máximo de 35 personas en una cabina sobre el Remolino (o Whirlpool) que crean las aguas del río Niágara tras caer por las cataratas y acumularse en un desfiladero. El recorrido es de un kilómetro y permite a los turistas tener una vista sin parangón del fenómeno.

En el histórico funicular, Torres Quevedo puso en práctica su invención, que permite mantener siempre tensos los cables que soportan la cabina gracias a un sistema de contrapesos. Como declaró a Efe el bisnieto de inventor español, Carlos Torres Quevedo, este sistema es en el que se basan todos los teleféricos modernos.

"Antes de venir, me había puesto al día sobre el sistema de funcionamiento del transbordador y lo que nos íbamos a encontrar. Pero sigue asombrando, cada vez que vienes, pensar que este sistema fue pionero en el mundo, es el sistema en el que hoy en día se basan todos los teleféricos que funcionan", afirmó el bisnieto.

Carlos Torres-Quevedo expresó su "emoción por estar aquí un siglo después" y en compañía de otros 26 miembros de la familia Torres Quevedo. "Sin lugar a dudas, Leonardo Torres Quevedo para nosotros sigue siendo la figura más importante de nuestra familia y sus valores y personalidad siguen presentes en todo lo que hacemos.

Por eso hay tantos ingenieros de Caminos en la familia. Somos la quinta generación", explicó. El bisnieto del inventor también recalcó que una de las claves del éxito del Aerocar es su seguridad y sencillez. "Él siempre estuvo preocupado por la seguridad. Mucho antes de que eso se tuviera en cuenta. Era una de sus preocupaciones principales.

Y otro era la sencillez, la simplicidad y la lógica, lo bien que está diseñado todo. Por eso no hay accidentes. Porque también el mantenimiento es muy sencillo", dijo. Para Fernando Mirapeix, de la asociación cultural Mil Velas, que lidera los actos de conmemoración del Aerocar y las labores para destacar la importancia de Leonardo Torres Quevedo, la falta de reconocimiento público de la figura del inventor es en parte fruto de que fue muy prolífico.

"Personalmente, creo que la figura de Torres Quevedo no es tan reconocida como otros, como Juan de la Cierva, porque realizó tantos inventos, realizó tantos trabajos en disciplinas tan variadas que es muy difícil llegar a comprender lo que hizo", explicó.

"Ahora con este centenario y otras actividades que se van a desarrollar, esperamos que poco a poco se le vaya reconociendo como se merece", añadió Mirapeix. Porque, además del inventor del Aerocar, Torres Quevedo está reconocido como el creador del primer ordenador moderno, el aritómetro, el primera autómata de ajedrez o el primer sistema de radiocontrol del mundo (telekino). Para Carlos Torres Quevedo y Fernando Mirapeix, el Spanish Aerocar es el perfecto ejemplo de "Marca España, pero de hace 100 años".

Algo en lo que también incidió el embajador Gómez-Múgica Sanz, al vincular el Aerocar con la actual presencia en Canadá de empresas de construcción e ingeniería española que están participando en algunas de las principales obras de infraestructuras del país norteamericano.