Con una deuda superior a 300.000 millones de dólares, Evergrande está al borde de la quiebra. Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia, advierte de que "sería un paso muy serio hacia una crisis inmobiliaria financiera en China que en otros países sería probablemente demoledora".

El presidente y fundador de la empresa, Hui Ka-yan, está bajo arresto domiciliario y la compañía ha suspendido sus cotizaciones en bolsa. A pesar de su enorme tamaño, los expertos descartan que, de momento, la crisis de Evergrande tenga un efecto dominó y se extienda a otros países.

Javier Díaz-Giménez, profesor de Economía de IESE, afirma que "su onda expansiva es mucho más pequeña que la de un banco como Lehman Brothers (...) Esto es un problema de China, el principal afectado va a ser China más algunos acreedores internacionales y accionistas", asegura.

Sin embargo, la situación de la inmobiliaria es tan complicada que prefiere demoler rascacielos, como puede observarse en el vídeo situado sobre estas líneas, antes que asumir los costes de terminarlos. El ladrillo representa casi un tercio del PIB chino y la caída de Evergrande es el mejor exponente de la crisis que vive el sector.