Las nuevas protestas contra las políticas de Emmanuel Macron han dejado uno de los momentos más tensos de las últimas semanas.

En la ciudad de Ruan, un grupo de 'chalecos amarillos' propinó una brutal paliza a dos periodistas. Tras los ataques a la prensa en anteriores movilizaciones, esta vez, iban acompañados de dos agentes de seguridad que poco pudieron hacer. Uno de ellos está herido.

El movimiento ha recobrado fuerza en el noveno fin de semana consecutivo de protestas. Participaron, según el Gobierno, 84.000 personas en todo el país, mientras que la semana pasada los asistentes fueron 50.000. "Si estamos aquí es porque no podemos seguir así. Llegaremos hasta el final", explica una manifestante.

De nuevo, se vivieron enfrentamientos con la policía. El arco del triunfo acabó envuelto en gases lacrimógenos, y los cañonazos de agua se sucedían en un intento por desalojar a los manifestantes.

Hubo 201 arrestados, y las sanciones podrían endurecerse en los próximos días. El primer ministro francés anunció el pasado lunes una nueva ley para frenar el vandalismo y las protestas no declaradas.

Macron presentará este lunes medidas para afrontar la crisis de los chalecos amarillos.