La Comisión Europea apuesta por abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania. Aunque insta a los Veintisiete a dar los pasos para ello, apunta que hay reformas pendientes en materia de protección de las minorías y lucha contra la corrupción por lo que condiciona el marco negociador a que Kyiv complete dichas transformaciones, con la perspectiva de marzo de 2024.

"La Comisión recomienda al Consejo que inicie las negociaciones de adhesión con Ucrania", recoge el informe del Ejecutivo europeo sobre los avances de los candidatos y emite distintos dictámenes sobre los pasos a seguir.

Con todo, el Ejecutivo comunitario reconoce los avances de Ucrania en las reformas de calado para alinearse con los estándares europeos, al haber completado cuatro de las siete reformas prioritarias fijadas por Bruselas. Una acción que está desarrollando a la vez que combate la invasión rusa en su propio territorio.

Entre las reformas pendientes, la Comisión Europea destaca las medidas para de incrementar la lucha contra la corrupción, además de poner en marcha leyes para rebajar la influencia de los oligarcas en la vida pública, política y económica de Ucrania y la necesidad de finalizar el marco legal para minorías nacionales de acuerdo a los estándares que marca la Comisión de Venecia.

Por todo ello, Bruselas recomienda que los Estados miembros adopten el marco de negociación una vez que Ucrania haya cumplido las medidas señaladas y en las que está trabajando, con la perspectiva de marzo de 2024.

Ucrania solicitó su ingreso formal días después de la agresión militar rusa. Ya en junio del año pasado, la UE le reconoció el estatus de candidato junto a Moldavia, un paso intermedio que supone respaldo para progresar en las reformas europeas y para integrarle en algunas estructuras económicas europeas.

Ahora, la pelota pasa a estar en el tejado de los Veintisiete, que discutirán en la cumbre de líderes de diciembre si deciden la apertura de negociaciones.

En la actualidad, la UE tiene abiertas negociaciones con Albania, Macedonia del Norte, Serbia y Montenegro, país más avanzado y que sin embargo lleva una década inmerso en el proceso y no tiene visos de finalizarlo en un futuro próximo.