La Policía británica identificó a Salman Abedi, un joven de 22 años, como el autor del atentado suicida que dejó 22 muertos y 59 heridos en Mánchester.

El jefe de la policía de Manchester, Ian Hopkins, afirmó en una comparecencia ante los medios que las fuerzas de seguridad buscan ahora determinar si actuó en solitario o contó con una red de apoyos.

El mando policial indicó que los restos de Abedi todavía no han sido reconocidos de forma oficial por un juez forense, por lo que rehusó aportar más detalles sobre él en esta etapa de la investigación.

Según la BBC, Abedi nació en Mánchester, en una familia de refugiados libios que huyeron del país con el régimen de Gadafi y tenía al menos dos hermanos, también británicos. El núcleo familiar vive en diversos domicilios en el barrio de Fallowfield, en el sur de Manchester, donde la policía realizó un registro.

El padre trabajaba en la seguridad y era una persona conocida en la mezquita local, según afirman los vecinos en la prensa británica. Además, estas personas definen a Salman como un joven "devoto e introvertido".

Salman se habría radicalizado hace dos años tras un viaje a Libia, y según testimonios de los ciudadanos locales, desde hace dos meses empezó a actuar de un modo extraño. La ministra británica de Interior, Amber Rudd, reconoció que era conocido "hasta cierto punto" por los servicios secretos británicos, si bien no aportó demasiados detalles al respecto.

Además, pasó por Siria, feudo del grupo yihadista Daesh, antes de cometer la masacre, según reveló el ministro francés del Interior, Gerard Collomb.

Abedi hizo estallar un artefacto de fabricación casera con metralla en su interior. La Policía británica sospecha que el terrorista pudo ser ayudado por una célula terrorista dada la sofistificación del explosivo.

El atentado en Manchester es el más mortífero que ha sufrido el Reino Unido desde la cadena de explosiones que causaron 56 muertos, incluidos cuatro terroristas, en el metro y un autobús de Londres en julio de 2005.

El ataque en el Manchester Arena ha llevado a la policía de Londres ha rediseñar su plan de seguridad para enfrentarse a la amenaza terrorista. Scotland Yard prevé vigilar a partir de ahora todo tipo de eventos de aforo reducido que hasta el momento no contaban con presencia policial y aumentará el número de agentes armados que patrullan por la capital británica.