El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijo este martes que sabía que su viaje a Moscú iba a acarrear "riesgos" y ante las críticas que ha recibido por la visita se defendió diciendo que la política exterior requiere "estar sobre el terreno".

"Esta visita acarreaba riesgos manifiestos que yo asumí. Asumí estos riesgos porque nosotros condenamos cómo se ha gestionado el asunto (del líder opositor ruso Alexéi) Navalni", dijo Borrell en un debate en el Parlamento Europeo sobre las relaciones entre la UE y Rusia.

"La política de asuntos exteriores no se puede reducir a publicar declaraciones de prensa desde mi despacho en el Berlaymont (sede de la Comisión Europea en Bruselas) o desde el Servicio de Europeo de Acción Exterior, desde la distancia segura. No, hay que estar allí sobre el terreno y es lo que hicimos", se defendió al alto representante. Y aseguró que pidió a las autoridades rusas poderse reunir con Navalni pero que éstas le negaron la posibilidad, aunque un alto cargo de su delegación sí se encontró con el abogado del líder opositor al Kremlin.

En su mensaje ante los eurodiputados, Borrell ha reiterado su preocupación por la marcha de la visita, que evidenció que las autoridades rusas no quieren participar de un diálogo constructivo con la UE que incluya Derechos Humanos y libertades políticas. Es más, ha señalado que Moscú ha intentado dividir a la UE con la forma en la que organizó el viaje."No deberíamos caer en esta trampa", ha insistido.

Borrell ha recibido diversas críticas -especialmente desde las filas del Partido Popular Europeo (PPE) y el grupo de los Conservadores Europeos (ECR)- por su viaje a Rusia, durante el cual Rusia expulsó a tres diplomáticos europeos y se celebró una rueda de prensa junto al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien dijo que la UE no es un "socio fiable" y comparó la condena a los líderes independentistas catalanes con la del opositor Alexéi Navalni.

Borrell incidió en que en su reunión con Lavrov hubo "intercambios tensos" cuando le pidió la liberación de Navalni, como ya escribió el domingo pasado en su blog. "No acariciaba ilusiones antes del viaje pero estoy sinceramente más preocupado, incluso, después de este viaje", dijo Borrell, que constató que "el gobierno ruso está degenerando por una ruta autoritaria" y que en Rusia "no están dispuestos" a reconducir las tensas relaciones con la UE "si seguimos planteando la situación políticas, los problemas de derechos humanos". El Kremlin, dijo, considera "nuestro sistema liberal y democrático como una amenaza existencial para ellos y de ahí la desconexión".