Los bombardeos han vuelto a golpear un hospital de la ciudad de Alepo, la mayor del norte de Siria, donde al menos seis personas murieron, mientras que el ejército trató de avanzar frente a los rebeldes desde varias partes de la población.

El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, ha declarado que el centro sanitario atacado por aviones de combate no identificados fue el M10, uno de los mayores de la mitad oriental de Alepo, sitiada por las fuerzas armadas y controlada por la oposición.

El activista ha recordado que es la tercera vez en menos de una semana que este hospital, que ya estaba fuera de servicio antes del ataque, ha sido blanco de los bombardeos. El portavoz de la Defensa Civil siria en Alepo, Jaled Jatib, confirmó a través de Twitter la muerte de dos enfermeras en ese bombardeo, que también causó heridas a varios médicos.

Por su parte, el Organismo Forense de Alepo Libre, que ofrece atención médica en el este de la urbe, detalla en un comunicado que un avión ruso atacó el M10 con una bomba antibúnker y que varios miembros del personal sanitario siguen atrapados entre los escombros.

La última vez que el M10 fue bombardeado, el sábado pasado, quedó completamente fuera de servicio. El Organismo Forense de Alepo Libre ha señalado que durante la jornada varios médicos y enfermeras se habían trasladado al centro para poner a salvo el equipamiento y las medicinas, y prestar tratamiento a algunos casos urgentes.

Los activistas en Alepo suelen denominar los hospitales con la letra M, seguida de un número, por motivos de seguridad para evitar que sean identificados y se conviertan en objetivo de bombardeos. Actualmente, quedan operativos en el este de Alepo un total de cinco hospitales, de acuerdo a datos de la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS), que ofrece apoyo a esos centros sanitarios.