El exministro de Salud brasileño, Luiz Henrique Mandetta, tiene claro que Jair Bolsonaro ha jugado un papel fundamental en las muertes por coronavirus en el país sudamericano, que ascienden ya a más de 107.000 defunciones, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

En entrevista con el diario 'El Mundo', Mandetta, a quien Bolsonaro destituyó en plena pandemia, desvela que el mandatario era conocedor de las consecuencias que la pandemia podía tener y aun así rechazo confinar a la población, a pesar de que el ministro así lo defendió hasta su cese.

"Sabía perfectamente todas las consecuencias que podía haber, así que se puede decir que sí, tuvo un papel preponderante en todas estas muertes", ha sostenido, en declaraciones al citado periódico, al que también ha revelado que era muy complicado dialogar con Bolsonaro y que él no quería dimitir, sino que su salida fue decisión del presidente.

La gestión de Bolsonaro de la crisis sanitaria, que deja ya más de 3,3 millones de contagios en Brasil, ha estado marcada en todo momento por la polémica. El mandatario ha sido uno de los líderes mundiales más negacionistas sobre el peligro del virus, que llegó a calificar de "gripecita".

El presidente brasileño no solo ha subestimado la pandemia desde el principio, sino que además ha desafiado constantemente las medidas de distanciamiento social, realizando paseos y participando en protestas convocadas por sus seguidores, incluso mientras él mismo estaba infectado.

Tras cesar a Mandetta, Bolsonaro designó como ministro de Sanidad al médico Nelson Teich, que a su vez acabó dimitiendo. Desde entonces, al frente de la gestión de la pandemia en Brasil está el general del Ejército Eduardo Pazuello, sin experiencia en el área, que ocupa el cargo de forma interina desde mayo.

El hijo de Bolsonaro da positivo

Por otra parte, el hijo pequeño del presidente brasileño, Renan Bolsonaro, de 22 años, también ha anunciado este fin de semana que ha dado positivo en coronavirus y que se está medicando con hidroxicloroquina, el polémico fármaco del que son firmes defensores su padre y Donald Trump.

El propio Bolsonaro anunció a principios de julio que se había contagiado, quitándose para ello la mascarilla ante la prensa. Mientras estuvo enfermo, sin embargo, se saltó la preceptiva cuarentena.

Tras dar negativo, no obstante, reconoció sufrir "debilidad" y "una pequeña infección", afirmando tener "moho en el pulmón".