El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha concedido al Ministerio de Agricultura el poder para identificar y delimitar las tierras indígenas, una victoria para la industria agraria, con la que se ha alineado el líder ultraderechista.
Hasta este momento, la localización y demarcación de las tierras indígenas estaba a cargo de la Fundación Nacional de Indígenas (FUNAI), que se ocupaba de todos los asuntos relacionados con las comunidades nativas, según informa Agencia Brasil.
Ahora, las funciones de FUNAI recaerán sobre un consejo interministerial integrado por las carteras de Agricultura, Defensa, Medio Ambiente, Derechos Humanos y Seguridad Institucional, si bien la cuestión de la tierra se desgajará a favor del primer Ministerio.
El nuevo mandatario también ha transferido al Ministerio de Agricultura la regularización de las tierras quilombolas, de las comunidades afrodescendientes, que correspondía al Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra).
Bolsonaro ha comenzado así a cumplir sus promesas electorales. En campaña anunció su intención de abrir las tierras indígenas a la actividad comercial, en un claro gesto hacia el sector agrario, uno de los poderes fácticos de Brasil.
El ex militar tomó posesión el martes proclamando a Brasil "libre del socialismo y de la corrección política". Su 'hoja de ruta', similar a la de Donald Trump en Estados Unidos, contempla un giro proteccionista en lo comercial, una vuelta a "las tradiciones judeo-cristianas" en lo social y una guerra contra la corrupción y la violencia.