El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer que si bien no se puede "ilegalizar la tragedia", sí que se puede trabajar para hacer que EE.UU. sea más seguro, tras el tiroteo que el martes costó la vida de 19 niños y dos maestras en Uvalde (Texas).

En un discurso en la Universidad de Delaware, Biden aseguró que el país puede hacer "de una vez por todas" lo que hay que hacer para "proteger las vida de nuestra gente y de nuestros hijos", en una referencia velada a incrementar el control sobre las armas de fuego, cuya posesión es un derecho constitucional en EEUU.

"Ante una fuerza así de destructiva debemos permanecer fuertes. Pido a todos los estadounidenses que se den la mano y se dejen oír para hacer que esta nación sea lo que puede y deber ser", apuntó el mandatario.

Kamala Harris pide que se prohiban las armas de asalto en el país

Mientras que la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, pidió ayer que se prohíban las armas de asalto en el país. "¿Saben lo que es un arma de asalto? ¿Saben cómo se diseñó un arma de asalto? Fue diseñada para un propósito específico: matar a muchos seres humanos rápidamente. Un arma de asalto es un arma de guerra que no tiene cabida en una sociedad civil", expresó Harris.

Propuso, además, un mayor control en la venta de armas, como una verificación de antecedentes para saber si el posible cliente ha cometido con anterioridad algún tipo de crimen, algo que ya sucede con las licencias para conducir un automóvil. La vicepresidente instó a tomar conciencia sobre el hecho de que se han producido más de 200 tiroteos masivos en Estados Unidos en lo que va de año. "Tenemos que... todos tienen que ponerse de pie y estar de acuerdo en que esto no debería estar sucediendo en nuestro país y que deberíamos tener el coraje de hacer algo al respecto",

Después de que el pasado martes Salvador Ramos, de 18 años, entrase en un colegio de Uvalde (Texas) armado con un rifle y matase a 19 niños (la mayoría de 10 años) y a dos maestras, en EE.UU. ha resurgido con fuerza el debate sobre el control de las armas.

En líneas generales, los políticos demócratas apoyan medidas que restrinjan el acceso a las armas, mientras que los republicanos y el poderoso grupo de presión de la Asociación Nacional de Rifle se oponen a ellas.