Las lluvias torrenciales se repiten este fin de semana en Bélgica. Se han registrado graves inundaciones por los ríos desbordados en la región de Valonia, y en Dinant, la ciudad más afectada, siguen achicando agua. Esta vez, no se han registrado fallecidos, pero el miedo ha vuelto a asaltar a los vecinos. Y con razón: el agua se lo llevaba todo a su paso, amontonando los coches unos encima de otros.

Cerca de la zona donde ocurrió la riada histórica la semana pasada, las lluvias han vuelto a provocar inundaciones en el sur de Bélgica. Una inundación relámpago, puesto que en apenas unos minutos la calle pasaba de estar seca a estar completamente inundada. "En menos de 20 minutos, el agua cayó. Se convirtió en un torrente y se llevó todos los coches".

Son las palabras de Pierre Coleau, residente local que ha contado cómo la ciudad ha quedado totalmente arrasada: con calzadas convertidas en escombros y casas llenas de barro. "El agua entró en mi salón y en mi sótano. Se llevó todo, todo fue barrido", ha lamentado otro vecino de la ciudad afectada, Andy Martínez. Se trata de la segunda inundación fuerte en menos de dos semanas.

La pasada, el desbordamiento de los ríos dejó 36 muertos y siete desaparecidos en provincias vecinas. En los próximos días se continúa manteniendo el riesgo alto por fuertes lluvias que atemorizan a los vecinos. Porque, igual que hace una semana, en gran parte de Bélgica las imágenes se repiten: vecinos achicando agua de sus casas, retirando barro y lodo y deshaciéndose, por desgracia, de gran parte de sus pertenencias.

El Ejército está colaborando en estas labores con un despliegue reforzado por el Gobierno para evitar la desatención vivida días atrás. Una situación desoladora que también viven en municipios belgas como Namur, donde la pasada noche el río se desbordó tras unas precipitaciones de entre 36 y 54 litros por metro cuadrado. En definitiva, toda la región de Valonia se encuentra ahora en alerta amarilla ante la posibilidad de nuevas lluvias muy fuertes.