Bélgica no olvida y se suceden los homenajes en memoria de las víctimas del 22M. Actos solemnes y oficiales, minutos de silencio con la familia real y la plana mayor del Gobierno, en los que han resonado los nombres de los 32 caídos a manos de los terroristas.

También se han celebrado memoriales espontáneos. Muchos bruselenses, y ciudadanos de otros países, han querido volver al metro de Maelbeek y al aeropuerto de Zaventem para demostrar que el miedo no puede con ellos.

Los propios trabajadores de los transportes belgas han conmemorado esta fecha. Recuerdan el "gran vacío" que sintieron por los atentados, pero también la ola de solidaridad espontánea con "todos ayudando a todos".

Reconfortan historias como las de Abdalá o Walter, amputados por las bombas, que a pesar de los dolores encaran el futuro y su recuperación con una sonrisa.