El papa ha hecho balance de su reciente viaje a Dublín durante la audiencia general que ha presidido ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano y ha recordado el dolor de los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica.

"Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría, tenía que hacerse cargo del dolor y de la amargura por los sufrimientos causados en el país por los varios tipos de abuso, también por parte de miembros de la iglesia, y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hayan sabido afrontar de manera adecuada estos crímenes", ha apostillado.

En la audiencia el pontífice también se ha referido al divorcio, que a su juicio, se ha convertido "en una moda" que se contrapone al ideal de familia que es la "unidad". "Es una moda, también en las revistas leemos que este se ha divorciado pero, por favor, esto es algo feo.

Yo respeto todo, pero el ideal no es el divorcio, la separación, la destrucción de la familia. El ideal de la familia es la unidad", ha señalado Francisco. El papa se ha referido en su catequesis a las familias que padecen problemas y atraviesan dificultades y ha pedido oraciones por ellas.

"Las dificultades y los problemas que las familias atraviesan no pueden minar la importancia de la institución familiar para la sociedad y para la humanidad, o someter a discusión la necesidad humana fundamental del amor duradero que nos salva del aislamiento de la soledad y del engaño de la cultura de lo momentáneo", ha determinado.

Por ello, ha instado a los católicos a rezar "por todas las familias que se encuentran en dificultad para redescubrir la grandeza del amor que ha unido y la fuerza de la fe capaz de sanar sus heridas".