La ayuda humanitaria de la que depende la vida de más de dos millones de personas en la Franja de Gaza está en peligro. Así lo ha advertido la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, ante la cascada de suspensiones de financiación por parte de diferentes países que está enfrentando a raíz de la presunta vinculación de algunos de sus trabajadores con los ataques de Hamás del 7 de octubre.

El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, alertaba este sábado de que esta decisión, que hasta el momento han adoptado una decena de países -incluyendo algunos de sus mayores donantes-, amenazan su trabajo humanitario en toda la región, pero especialmente en el enclave palestino, donde "más dedos millones de personas dependen de ella para su mera supervivencia".

"Muchos tienen hambre mientras el reloj avanza hacia una hambruna inminente. La Agencia gestiona refugios para más de un millón de personas y proporciona alimentos y atención primaria de salud incluso en el punto álgido de las hostilidades", ha incidido en un comunicado, en el que asimismo ha reivindicado que la UNRWA tomó "medidas inmediatas" ante las acusaciones contra algunos miembros de su personal, al rescindir sus contratos y anunciar una investigación.

"Sería inmensamente irresponsable sancionar a una Agencia y a toda una comunidad a la que sirve por acusaciones de actos criminales contra algunas personas, especialmente en tiempos de guerra", ha alertado Lazzarini, lanzando un llamamiento a los países que han suspendido la financiación a reconsiderar su decisión "antes de que UNRWA se vea obligada a suspender su respuesta humanitaria". "La vida de la población de Gaza depende de este apoyo y también la estabilidad regional", concluye.

Guterres pide mantener la financiación

También el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido que se mantenga la financiación a la UNRWA y ha defendido que "la ONU está tomando medidas rápidas tras las acusaciones extremadamente graves contra varios miembros del personal" de la agencia.

"Estos presuntos actos abominables deben tener consecuencias", ha apuntado Guterres, que ha precisado que de los 12 miembros presuntamente implicados en los ataques de Hamás, nueve fueron identificados de inmediato y despedidos, otro está muerto y se está investigando la identidad de los dos restantes. "Cualquier empleado de la ONU involucrado en actos de terrorismo deberá rendir cuentas", ha aseverado el jefe de Naciones Unidas.

Guterres ha incidido no obstante en que "es necesario satisfacer las necesidades humanitarias de las poblaciones desesperadas a las que sirve la UNRWA" y, al igual que Lazzarini, ha hecho hincapié en los dos millones de civiles que "dependen de la ayuda crítica de la UNRWA para su supervivencia diaria". La financiación actual, ha alertado, no permitirá "cumplir con todos los requisitos para apoyarlos en febrero".

La directora ejecutiva de UNRWAEspaña, Raquel Martí, ha alertado a su vez de que, si la agencia deja de operar "sería una catástrofe para toda la población de Gaza y para el resto de la población refugiada de Palestina en Oriente Medio". Sin la financiación que ahora ha quedado congelada, ha insistido, "UNRWA es posible que no pueda mantener sus operaciones".

Cascada de suspensiones de fondos

El llamamiento de Naciones Unidas llega después de que Estados Unidos, el mayor donante de la UNRWA, anunciara el viernes la suspensión temporal de su financiación a la agencia y de que, a lo largo del fin de semana, le hayan imitado países como Canadá, Italia, Reino Unido, Australia, Finlandia, Países Bajos o Alemania, el segundo país que más contribuye a financiar este organismo.

Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, ha pedido la dimisión del comisionado de UNRWA y ha anunciado además que Israel perseguirá la suspensión definitiva de las actividades de la agencia, a la que lleva años acusando de complicidad con Hamás, una alegación que la UNRWA ha rechazado constantemente. "La UNRWA no formará parte del 'día después'", advertía este sábado.

La cascada de suspensiones de financiación, en cualquier caso, pone en jaque la ayuda de la que dependen miles de personas en Gaza, mientras Israel continúa bombardeando el sur del enclave palestino a pesar del dictamen de la Corte Internacional de Justicia, que el viernes instó a Tel Aviv a adoptar medidas para evitar un genocidio. El último balance de las autoridades gazatíes cifra las víctimas mortales de la ofensiva israelí en 26.422, mientras que otros 65.087 palestinos han resultado heridos.