La región griega de Egeo del Norte ha dado al Ministerio de Migración de Grecia un plazo de 30 días para subsanar todos los problemas de higiene en el superpoblado campo de refugiados de Moria en Lesbos o, de lo contrario, lo clausurará.

Las autoridades regionales han lanzado este ultimátum después de que una delegación de inspectores sanitarios y medioambientales realizara un informe alarmante sobre la situación en este campo, donde actualmente más de 8.400 personas comparten un espacio diseñado para 3.100.

En su informe, los expertos concluyeron que en sus condiciones higiénicas actuales el campamento es peligroso para la salud pública y el medio ambiente. Los problemas detectados afectan sobre todo a los servicios sanitarios, con roturas en el sistema de desagüe, lo que lleva a que las aguas fecales se esparzan hasta un arroyo cercano o acaben en la carretera que se encuentra delante del campo.

Además, los inspectores detectaron unas condiciones de hacinamiento insostenibles, con hasta 15 personas compartiendo un pequeño contenedor o 150 en una carpa. Esta situación, advirtieron los inspectores, supone un riesgo adicional de propagación de enfermedades. A ello se añade la basura acumulada en todo el campo, donde los residuos están ya en estado de descomposición y atraen a todo tipo de insectos, además de desprender un hedor insoportable.

La presidenta de la región, Christiana Kalogiru, ha emplazado al Gobierno central a restaurar cada uno de los daños recogidos en el informe en el plazo de 30 días naturales o de lo contrario prohibirá el funcionamiento de este campo, que a su vez sirve de centro de registro de los refugiados que llegan. En lo que va de año, las llegadas de refugiados e inmigrantes a Grecia han vuelto a aumentar, aunque no alcanzan las cifras de los peores momentos de la crisis, en 2015.

Según los últimos datos del Gobierno, en los primeros seis meses de 2018 las llegadas de migrantes y refugiados se dispararon un 52 % en comparación con el mismo periodo de 2017 y las entradas a través de la frontera terrestre incluso se multiplicaron por cinco. En concreto, llegaron a Grecia un total de 22.936 personas frente a 11.144 en el primer semestre de 2017. De este total, 14.526 personas llegaron por vía marítima, frente a las 9.533 que lo hicieron hace un año.

El aumento fue especialmente palpable en la frontera terrestre con Turquía, por la que entraron irregularmente un total de 8.411 personas, en comparación con 1.611 en el primer semestre de 2017.

El aumento de llegadas aún ha sido mayor en los meses de verano, y, si bien no hay todavía una recopilación oficial de cifras para los últimos dos meses, los datos diarios que facilita el Gobierno reflejan que hay muchos días en que los arribos a las islas superan el centenar. Según las cifras facilitadas, en los últimos días llegaron 597 personas a las islas griegas del mar Egeo.