El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, anunció que va a prohibir el visado de entrada a los refugiados y peticionarios de asilo que lleguen al país oceánico por barco.

"Es importante mandar un mensaje muy claro. Australia tiene las puertas cerradas a quienes lleguen en barco", afirmó.

La medida afectará principalmente a los refugiados que el Gobierno australiano mantiene en campos de enclaustramiento en las islas de Manus y Nauru, a la espera de obtener permiso de entrada en territorio australiano,

Las condiciones en que el Gobierno mantiene a esos refugiados han sido calificadas de infrahumanas por diversos organismos de ayuda humanitaria, que han criticado en duros términos la política migratoria del Gobierno de Canberra.

Muchos de los migrantes retenidos han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros han escapado de la discriminación que sufren minorías como la rohinya, en Birmania, o Bidún, en la región del Golfo Pérsico.