El secretario de Estado de Defensa de Sri Lanka, Ruwan Wijewardene, ha asegurado que los atentados que han dejado más de 300 muertos han sido una "represalia" de un grupo terrorista islamista por los ataques que acabaron con la vida de 50 personas en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda.

"Este grupo es conocido por tener contactos con una organización llamada Nacional Thowheed Jamath. Deberíamos dar pasos de inmediato para prohibir dicha organización, que tiene vínculos con elementos extremistas", ha asegurado.

El también ministro portavoz ha reclamado al Gobierno ceilandés que prohíba "de inmediato" y catalogue como organización terrorista al grupo Nacional Thoweed Jamath y ha asegurado que ni él ni el primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, han sido convocados a las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional desde octubre de 2018.

Por su parte, el ex primer ministro Mahinda Rajapaksa ha criticado la gestión del Gobierno ante la amenaza terrorista y ha acusado al Ejecutivo de haber minusvalorado el riesgo que afrontaba el país.

"Sri Lanka se convirtió en un objetivo fácil para los terroristas porque el Gobierno estaba ocupado persiguiendo a oficiales de Inteligencia", ha indicado Rajapaksa en el Parlamento.