Lograr una efectividad del 50%. Es el objetivo que se ha marcado AstraZeneca en la tercera fase de sus ensayos de la vacuna del coronavirus, según detalla el protocolo publicado por la propia farmacéutica, adelantado por 'The New York Times'.

Se trata de una muestra de transparencia cuando más críticas han recibido debido precisamente a eso, a su falta de información en los dos casos en los que la vacuna ha presentado resultados adversos.

El primer caso fue el de una paciente que desarrolló una mielitis transversa tras recibir la vacuna, algo que obligó a detener los ensayos. En el segundo caso ocurrió algo similar, con una persona cercana a la investigación de esta vacuna revelando en 'The Times' que también había desarrollado mielitis transversa.

Ninguno de estos casos fue trasladado al público de inmediato por parte de la compañía. Ambos ocurrieron en Gran Bretaña y en ambos casos, las afectadas fueron mujeres. Tras las críticas recibidas, AstraZeneca ha publicado un protocolo de 111 páginas en el que desvelan que, siguiendo las indicaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos, buscan un umbral de efectividad del 50%.

Para comprobar si estos resultados son efectivos, deberá comprobarse que 150 de las personas que recibieron la vacuna estaban infectadas en ese momento por el coronavirus. Sin embargo, en el documento se detalla que habrá un análisis preliminar después de haber detectado únicamente 75 casos. Si la vacuna tiene un 50% de efectividad en ese momento, podrían pedir al gobierno estadounidense que liberen su vacuna como uso de emergencia.

La farmacéutica lleva a cabo ensayos en Gran Bretaña, Brasil, India y Sudáfrica; también en Estados Unidos, aunque las pruebas allí se han detenido. Desde la Administración de Alimentos y Medicamentos se muestran cautos al reinicio de las pruebas en suelo estadounidense.