La escena se ha hecho viral: una pelea tabernaria donde casi vuelan hasta las sillas y que hasta a las fuerzas de seguridad les cuesta disolver. Sólo que el escenario no es, aunque lo parezca, un bar. Ni el hombre que va con todo contra otro un tifoso rabioso. Sino un pleno del ayuntamiento de Terni, ciudad en pleno corazón de Italia, y nuestro hooliganes su polémico recién estrenado alcalde, Stefano Bandecchi. Que, por alcanzar a Berlusconi o Salvini, va a dejarles atrás; por lo menos en cuanto a talante.

"Más peleas de bar que debates políticos"

Venía de un tenso debate —otro más— con la oposición, a cuyo portavoz había amenazado por tomarse a risa que le llamase "ridículo" o "de vergüenza". "¡O dejas de reírte o te dejo sin dientes en la boca!", le espetó antes de lanzarse a por él. Previamente, no había dudado en llamar "idiota" al jefe de prensa municipal. Y los medios locales comentan que “está evidentemente más acostumbrado a peleas de bar que a debates".

La agresión ha llegado, en forma de denuncia, a Delegación del Gobierno. Tres meses lleva en el cargo —fue elegido como líder ¡de una coalición cívica!— y acumula unos cuantos encontronazos y polémicas. Una de las más absurdas, por un par de personas que se lavaron los pies en la fuente de una plaza. Llegó a amenazarles con un francotirador. "Les prendo fuego... o les doy dos guantazos... juro que haré todo lo posible por arruinarles la vida", proclamaba —con una perturbadora sonrisa— desde sus redes sociales. Y sólo se ha disculpado por haber llamado "francotiradores" a agentes que no acertarían, dice, con el disparo.

"Bello como la vida, negro como la muerte"

Autodenominado "cristanodemócrata con espada", exmilitar con fama de matón (miembro de la Brigada Paracaidista de élite Folgore), le llamábamos antes tifoso —hooligan— por algo: presidente de un equipo de fútbol local, varias veces se ha medido a puñetazos con hinchadas rivales. Mucho más seria, también, la investigación que le abrieron por el presunto desvío de hasta 20 millones de euros de la universidad que también preside, la de Nicolás de Cusa —eminentemente online— a difusos pelotazos inmobiliarios.

Uno de sus lemas, del que ha llevado hasta camisetas, es: "bello como la vida, negro como la muerte". Político bregado en polémicas, carga para la derecha, empresario, futbolero,... no sorprende que los medios italianos —en un juego más que obvio con las iniciales de ambos— vean en Stefan Bandecchi una versión destripaterrones de Silvio Berlusconi