Francia ha sufrido 13 atentados terroristas, en los que han muerto más de 240 personas, en tres años. Detrás de esos ataques, según los expertos, sobresale un perfil: el de un hombre joven, nacido y radicalizado en la propia Francia.

Manuel González Hernández, Teniente Coronel del Ejército de Tierra experto en yihadismo, afirma que "cada vez son más jóvenes y cada vez hay más mujeres radicalizadas".

Por su parte, el periodista experto en yihadismo, Ignacio Cembrero, asegura que "son jóvenes que van dando tumbos, de detención en detención, y un día 'se encuentran con dios' y dan un sentido a su vida".

Chérif Chekatt, autor del atentado de Estrasburgo, tenía 29 años y había nacido allí. Acumulaba 27 condenas y había estado en la cárcel. Allí se radicalizó.

"Tenemos una serie de catalizadores que favorecen la radicalización, como son la estancia en prisiones, a esto le sumamos locutorios, algunas mezquitas y los entornos familiares", apunta el Teniente Coronel del Ejército de Tierra experto en yihadismo, Manuel González Hernández.

Asimismo, el periodista Ignacio Cembrero, señala que "cuando dicen que su hija no haga gimnasia, ni vaya en pantalón cortos, ni vaya a clases de natación, entonces la familia es un problema".

De atentados con un gran despliegue de medios, se ha pasado a los ataques 'low cost', donde no existen las células. Ignacio Cembrero, explica que "ahora son individuos prácticamente aislados, lo que se llama 'lobos solitarios', aunque luego no son".

Y su objetivo no es causar el mayor número de víctimas, sino provocar el caos. "Para ellos, el número de muertos es lo de menos, lo que buscan es causar ese terror en la población", afirma Manuel González Hernández.

En Francia hay más de 12.000 islamistas radicales en el radar de la inteligencia antiterrorista francesa. De ellos, 4.000 están considerados especialmente peligrosos. Para vigilarlos, alertan los expertos, no hay suficientes recursos.