Boris Johnson ha comenzado su mandato al más puro estilo Trump: dice que quiere devolver la grandeza al Reino Unido. "Nuestra misión es hacer de este país el mejor lugar de la Tierra", ha afirmado.

El Presidente estadounidense ha celebrado la elección del que podría ser su futuro gran aliado. "Estoy muy contento de que haya ganado. Muy, muy contento", decía a los medios.

El nuevo Primer Ministro británico, ya ha dejado claro su principal objetivo: abandonar la Unión Europea el 31 de octubre cueste lo que cueste.

"Él lo que quiere es conseguir un acuerdo más favorable de la Unión Europea, pero la Unión Europea ya ha dicho que no va a volver a renegociar ningún acuerdo", apunta Blas Moreno, codirector de El Orden Mundial.

"El siguiente paso entonces es: 'Ya que esta gente no me permite negociar, saldremos por las bravas'. Si el Parlamento se lo impide, habrá que ver qué pasa, probablemente elecciones otra vez", añade Moreno.

En sus primeros días, Johnson ha roto con el Gabinete de Theresa May y se ha rodeado del ala más dura del partido conservador. Su mano derecha será Dominic Cummings, un estratega en la sombra, es el cerebro, el ideólogo de la campaña del Brexit.

"Se podría hacer una comparación con Steve Bannon, uno de los arquitectos de la campaña electoral de Donald Trump. Es decir, con una posición de un conservadurismo muy duro y, sobre todo, muy nacionalista", destaca Andrea Betti, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas.

Un gabinete lleno de euroescépticos que acerca la posibilidad de un Brexit sin acuerdo. "En el momento en que se hace un Brexit sin acuerdo, la ley europea deja de aplicarse de un día para otro en el Reino Unido y todo lo que regula la UE deja de estar regulado, con lo cual el caos es mayúsculo", subraya Moreno.

Quedaría en el aire la cuestión de Gibraltar y la situación de los españoles residentes en el Reino Unido.