En medio del mitin de Donald Trump en Missouri, una mujer se ha desmayado y los asistentes han improvisado una oración. Finalmente la mujer se ha recuperado dejando la gran anécdota del sprint de final de campaña que ha llevado al presidente por tres estados, tres destinos y un mismo mensaje: "Los demócratas están invitando caravana tras caravana".

Ante las críticas y el veto de varias cadenas a un anuncio de su campaña racista, Trump lo defiende: "Bueno, muchas cosas son ofensivas. Sus preguntas son ofensivas muchas veces". Sabe que ese tipo de mensajes cala muy hondo entre sus legión de seguidores.

Como ya hizo en las presidenciales, ha agitado el fantasma del fraude electoral y los demócratas han combatido con dulzura el mensaje de odio: Obama ha llegado con donuts para los voluntarios de su partido. Afónico tras tanto discurso ha recordado la importancia de las elecciones: "El futuro del país está en esta votación. Cómo tratamos a otras personas depende de la votación".

De momento la población está respondiendo al llamamiento: frente a los 12 millones que votaron anticipadamente en 2014, más de 24 millones han acudido este año.