Una mujer espera al ascensor mientras un hombre se acerca por detrás y levanta su falda. Si a esta agresión le sumamos un teléfono móvil, estamos ante lo que en Corea del Sur conocen como 'molka': grabar, fotografiar y difundir imágenes íntimas de mujeres para difundirlas por Internet.

En este vídeo te mostramos un ejemplo. Un hombre fotografía a una joven en las escaleras del metro y cuando la Policía le requisa el teléfono comprueba que tiene fotos robadas.

A diario, en Corea del sur se producen 18 denuncias como estas, pero solo el 2% llegan a juicio. La pasividad policial, la ilegalización de la pornografía y un país donde las mujeres son vistas como ciudadanas de segunda, son las claves para que este fenómeno se haya convertido en una epidemia.

La sofisticación es tal, que ha crecido la industria de cámaras espía para ponerlas en los servicios públicos. En estas imágenes comprobamos cómo un hombre entra al servicio de mujeres y deja un bolígrafo con una cámara oculta.

Es una práctica tan extendida que ni siquiera iconos de la música en ese país se libran de este 'voyeurismo' no consentido.