El 27 de febrero, tres días después del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, España movía ficha y hacía su primer envío de ayuda a Ucrania: 20 toneladas de material de defensa y sanitario español aterrizaban en Polonia. Unos días más tarde, ese primer paquete de ayuda —de cascos, chalecos antibalas, mascarillas, guantes, trajes de protección y material de defensa contra una guerra bacteriológica o nuclear— cambiaba de tono y pasaba de defensivo a ofensivo.
El 2 de marzo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pronunciaba la palabra armamento en el Congreso. Las ministras de Podemos Ione Belarra e Irene Montero se oponían, a diferencia de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Días después, dos aviones del A400M del Ejército del Aire partían hacia Polonia, a un punto muy cercano a la frontera de Ucrania, con el primer envío directo de material ofensivo: 1.370 lanzagranadas contra carros, 700.000 cartuchos de ametralladoras y ametralladoras ligeras. El objetivo del material era permitir la defensa individual incluso de personas que no tuviesen formación con armamento, explicó entonces la titular de Defensa, Margarita Robles. En los meses siguientes, España siguió enviando material ofensivo, pero Ucrania insistía en que seguía siendo insuficiente y volvía a resaltar sus prioridades: los tanques Leopard.
No fue hasta junio cuando fuentes gubernamentales confirmaron que España enviaría estos carros de combate junto con misiles antiaéreos. En estos momentos, España sigue inmersa en el proceso para enviar un primer lote de carros de combate Leopard 24A al Ejército ucraniano.
La empresa Santa Bárbara ya ha iniciado las tareas de revisión y reparación de media docena de estos tanques que forman parte de los cincuenta en desuso que llevan más de una década almacenados en unas instalaciones del Ejército de Tierra en Zaragoza. Precisamente la ministra de Defensa ha confirmado recientemente que van a ser seis los carros que se van a enviar, entre finales de marzo y principios de abril, y dejó la puerta abierta a incrementar ese número "si fuera necesario y los países aliados lo pidieran".
Pero eso no es todo. También ha ofrecido un plan de adiestramiento para que los ucranianos aprendan a utilizarlos. La semana pasada llegaron los primeros soldados: un total de 55 combatientes para ser instruidos tanto en la conducción como en el mantenimiento de los tanques. La formación se lleva a cabo en Zaragoza por parte del Ejército de Tierra. Formaban parte de un contingente de 125: los otros 70 fueron asignados al Toledo Training Command, que se creó en noviembre para la Misión de la Unión Europea de Asistencia Militar a Ucrania, en el que reciben formación en atención sanitaria, en combate contra artefactos explosivos y en desminado.
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Desde el pasado mes de septiembre España está proporcionando adiestramiento a personal militar ucraniano en territorio español. En este tiempo se ha entrenado a 800, incluyendo los 125 que están ahora en ese proceso.