Europa da sus primeros pasos en la desescalada del confinamiento impuesto durante la pandemia del coronavirus en una gran parte de países.

Venecia arranca de nuevo con música y una actuación flotante para celebrar que la ciudad italiana entra en la fase 2.

En Bérgamo, la región de Italia más golpeada por la pandemia, abre sus peluquerías, salones de belleza, bares y restaurantes. También se puede salir de casa sin justificante y reunirse con amigos. Eso sí, el café, con mascarilla y un metro de distancia entre las mesas.

En Francia, el inicio del desconfinamiento se produce a la par que un nuevo repunte, con 483 muertes en las últimas 24 horas. Aun así, los alrededores del Sena se han visto abarrotados de gente que no cumplen la distancia de seguridad.

El país galo ha tenido que dar marcha atrás y cerrar 70 colegios de primaria por casos de coronavirus mientras han vuelto a las aulas los alumnos de secundaria. Para ellos, las mascarilla si es obligatoria.

Y también se sufre una nueva oleada de casos en Reino Unido, el segundo país del mundo más castigado por la pandemia en número de muertes. Pero el miércoles el primer ministro británico, Boris Johnson, aflojó las medidas. El resultado no ha sido otro que el de aglomeraciones en los parques y protestas durante el fin de semana.

Una imagen similar se repite en Grecia, con playas masificadas a pesar de las normas estrictas: cuatro metros de distancia entre sombrillas y solo 40 personas por cada 1.000 metros cuadrados. Incumplirlas puede costar hasta 20.000 euros.

También se ha abierto de nuevo el Acrópolis de Atenas, del que sus ciudadanos han podido disfrutar libre de turistas.

En Alemania, sin embargo, no quieren prescindir de los viajeros. El gobierno dice que hará todo lo posible por levantar las restricciones de viaje el 15 de junio.

En Amsterdam ya se están preparando con iniciativas como la de invernaderos para dos donde la cena se sirve bajo todas las medidas de seguridad.