La XXXI Jornada Mundial de la Juventud se ha inaugurado en Cracovia (Polonia) con una misa multitudinaria celebrada en una explanada cercana a la ciudad, donde el cardenal polaco Stanislaw Dziwisz recordó a las víctimas de los últimos ataques terroristas, en especial al sacerdote asesinado en Francia.
"Todos somos hermanos y hermanas, somos hijos de un solo dios, cuyo corazón es misericordioso y tiene lugar para todos", dijo el cardenal, quien condujo la misa inaugural. "Queremos vivir en paz y rezamos para que esa paz llegue hasta nuestro mundo, para que cese la violencia, la injusticia y el hambre", añadió. También tuvo palabras de recuerdo para el religioso francés de 85 años asesinado mientras celebraba la eucaristía en la localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray.
Antes de la misa, el papa Francisco expresaba "dolor" y "horror" por la "absurda violencia" tras el asesinato del cura en Francia, y el arzobispo de Ruán, diócesis a la que pertenece Saint-Etienne-du-Rouvray, Dominique Lebrun, anunció que abandonaba la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia para volver a Normandía.