El pasado 18 de enero, Fernando Báez Sosa fue asesinado al recibir una brutal paliza a manos de uno grupo de jugadores de rugby en la puerta de la discoteca de la que salía en Villa Gesell, una ciudad costera de Argentina muy frecuentada por jóvenes como él durante las vacaciones estivales. Un mes después del suceso que ha hecho mella en la sociedad argentina, y miles de personas se ha echado a la calle para clamar justicia por el joven.

En un acto multitudinario en la plaza del Congreso encabezado por la familia y la novia de Báez, los argentinos han pedido la cadena perpetua para los agresores. "Lo que le hicieron a mi hijo es terrible, no le dieron oportunidad de defenderse, lo mataron a traición, un chico decente, bueno, que amaba la vida, amaba a su prójimo, quería ayudar a todo el mundo", ha señalado su madre, Graciela Báez Sosa.

Cánticos como "se nota, se siente, Fernando está presente" o gritos contra los detenidos como "asesinos" fueron coreados por la multitud concentrada en el centro de la capital argentina. Una marcha que se ha replicado en diversos puntos de Argentina y en otros países, como Paraguay, de donde es originaria la familia de Báez.

El crimen ha acaparado la atención mediática durante las últimas semanas y una petición de change.org que solicita la cadena perpetua para los autores del crimen acumula ya cerca de 350.000 firmas. Además, el caso ha abierto el debate sobre la violencia y el deporte en Argentina, e incluso el papa Francisco llamó a familia para interesarse por su situación.

"Estoy triste pero tengo que luchar para salir adelante para que se haga justicia"

Visiblemente emocionados, los padres han comparecido en el escenario colocado en la plaza: "Estoy triste pero tengo que luchar para salir adelante para que se haga justicia", ha señalado la madre de Báez. Durante su intervención ha mostrado su agradecimiento a la gente que ha acudido porque la ayudan a ella y a su esposo y les dan "energía para seguir luchando" por su hijo.

"Cuando me levanto y miro su cama tendida está esperándolo y sé que nunca volverá por culpa de lo que le hicieron, quiero justicia por mi hijo", ha proclamado durante el acto la madre del joven que ha reconocido que los asesinos les han "arruinado la vida". Graciela ha admitido que tiene que ser "fuerte", un sentimiento compartido con su esposo, Silvino Báez, quien ha afirmado que trata de estar "lo mejor posible" para ayudar a su mujer.

Ocho jóvenes en prisión

Ocho jóvenes de entre 18 y los 20 años han sido imputados como coautores del homicidio y permanecen en prisión, mientras que otros dos están en libertad al no haber elementos suficientes para mantenerlos en prisión preventiva mientras que también se investiga la implicación de un undécimo joven. Todos jugaban al rugby en el club Náutico Arsenal Zárate de la localidad bonaerense de Zárate.

Entre los asistentes de la concentración se encontraba el padre de Pablo Ventura, uno de los dos acusados que salieron en libertad hace unos días, quien ha defendido la inocencia de su hijo: "No tiene nada que ver con los rugbiers (...). La pregunta del millón es quién lo nombró o quiénes lo nombraron".

Ventura, entre lágrimas, ha manifestado que acompaña a los padres de Báez en su causa y que "hay que pedir justicia hasta el cansancio" porque lo que le pasó a su hijo le podría haber pasado al propio.

Por su parte, el abogado de la familia, Fernando Burlando, muy conocido en el país, ha declarado al canal TN que han "avanzado muchísimo" en la causa y que guarda "muy buena perspectiva para el futuro". Su próximo movimiento será pedir que los dos jóvenes liberados vuelvan a prisión.