"La verdad es que estoy realmente consternado pero no sorprendido, aunque lo cierto es que no he hecho nada que merezca la muerte", ha declarado Fayad, de 35 años de edad y organizador de exposiciones en sedes como la Biennale de Venecia, en declaraciones al diario británico 'The Guardian'.
Fayad fue detenido por primera vez por la Mutaween (la Policía religiosa saudí) en agosto de 2013 en la ciudad de Abha (suroeste del país) por insultar a Dios y al Profeta, así como de distribuir un libro de poemas que "incitaba al ateísmo".
Sus amigos creen que fue detenido por grabar a la Policía religiosa mientras daban de latigazos a un hombre de esa ciudad. Cinco meses después, en enero de 2014, Fayad volvió a ser arrestado y el tribunal le condenó a 800 latigazos y cuatro años de prisión.
El escritor decidió apelar esta sentencia y, en respuesta, otro juez le condenó a muerte hace tres días al término de un proceso en el que Fayad no contó con representación legal porque las autoridades le quitaron su identificación al detenerlo por segunda vez en enero de 2014, según explica la activista Mona Karim, que ha llevado su campaña por su liberación. "Cambiaron los jueces y al fiscal.
El nuevo magistrado ni siquiera habló con él (Fayad), simplemente se dedicó a emitir el veredicto", denunció Karim, quien sospecha que Fayad recibió este maltrato como consecuencia de la discriminación habitual de la que son objeto los refugiados o 'bidoon', esto es, apátridas, en el Golfo.
Karim destacó que, a pesar de ser considerado a todos los efectos un refugiado palestino, Fayad nació en Arabia Saudí. "Me han acusado de ateísmo y de extender pensamientos destructivos por la sociedad", ha lamentado Farad en declaraciones al medio británico.
Sus amigos denuncian que, cuando la Policía religiosa fue incapaz de demostrar sus acusaciones en un primer momento, comenzaron a increpar al escritor por fumar y llevar el pelo corto.
Después, dos "agentes" declararon en el juicio que el autor había insultado a Dios en público. Fayad negó estas acusaciones inmediatamente ante el juez. "Me arrepiento ante Dios altísimo y soy inocente de lo que ha ha aparecido en mi libro mencionado en este caso.
'Instrucciones en el interior' es un libro sobre mi persona, como refugiado palestino, y sobre asuntos culturales y filosóficos", lamentó. El autor dispone ahora de 30 días para apelar esta última sentencia.