Obama da sus últimos pasos como presidente de Estados Unidos en Europa, y el lugar escogido ha sido Alemania; país por donde ya ha pasado seis veces y espera volver a disfrutar como expresidente. "No será la última. Por alguna razón siempre me pierdo el Oktoberfest", ha bromeado el mandatario estadounidense.

A su lado se halla su estrecha aliada: Merkel. Con ella se entiende tanto que Obama asegura que, de ser alemán, la votaría. Y ha abierto un melón: el de si Merkel será candidata. Ella, por su parte, lo ha cerrado rápido: hablará de ello cuando toque.

Una vez hechos los halagos, Obama ha encarado lo que ocurre en Estados Unidos. Primero, las manifestaciones anti-Trump, que no las censura. Es más, reconoce que durante estos ocho años él también ha sido objeto de ellas.

Ahora mira con lupa a Trump, del que dice que pronto sabremos cómo actuará en la Presidencia: debe trabajar para unificar el país y que ha visto deseo de hacerlo. Por ver queda si las palabras se traducen en hechos.