El caso de Gisèle Pelicot se ha convertido en todo un símbolo de la lucha contra la violencia sexual en Francia y la prueba es el aluvión de apoyos que está recibiendo esta víctima de una barbarie perpetrada por su marido. El sábado, cientos de personas, en su mayoría mujeres, se congregaron en ciudades de todo el país para manifestar su apoyo. Y este martes el apoyo lo ha podido presenciar ella misma a la salida de la vista en la que su verdugo ha confesado el crimen y pedido perdón.
En torno a una treintena de personas se ha congregado este martes en los juzgados de Aviñón (Francia), a la salida de la sesión en la que ha declarado Dominique Pelicot, acusado de haber drogado a su mujer y permitido que hasta 50 hombres la violaran. Allí, en el interior de los juzgados, el grupo ha roto en aplausos y en mensajes de apoyo en el momento en el Gisèle Pelicot ha salido de la sala, como vemos en este vídeo.
La de este martes no ha salido una sesión más en este proceso judicial. Tras una semana de aplazamientos por el estado de salud del principal acusado, Dominique Pelicot, de 71 años, ha admitido los hechos de los que se le acusa y ha perdido perdón a la familia: "Soy un violador como todos los demás en esta sala... Pido a mi esposa, a mis hijos, a mis nietos que acepten mis disculpas. Lamento lo que hice. Les pido perdón, incluso si no es perdonable", dijo, según los medios franceses.
Gisèle Pelicot insistió en que este juicio fuera público para exponer a su marido y a los otros hombres acusados de violarla y arrojar luz sobre la violencia sexual, han dicho sus abogados. Desde que empezó el juicio, la hemos visto entrar y salir a diario en cada sesión e incluso ha hecho declaraciones a los medios. Este mismo lunes, Gisèle habló para lanzar un mensaje a otras víctimas de violencia sexual en todo el mundo para decirles: "No estáis solas", expresó.
Este martes, tras la confesión de su exmarido, Gisèle, de 72 años, ha dicho que durante 50 años vivió "con un hombre que nunca hubiera imaginado que fuera capaz de estos actos de violación". Aun así, las muestras de apoyo de esta última sesión han permitido verla esbozando una sonrisa, una imagen distinta del semblante serio de los últimos días de una víctima que asegura haber sufrido una "barbarie" ejecutada por su ya exmarido.