Rusia lo había negado hasta la saciedad, pero el 24 de febrero de 2022, se cumplían los peores pronósticos de la comunidad internacional.Suenan las primeras explosiones en Kyiv. Rusia ataca Ucrania. La guerra ha comenzado. Las alarmas antiaéreas se vuelven a escuchar en Europa tras décadas de silencio. El presidente ruso, Vladimir Putin, evita hablar de guerra o invasión. Es una "operación militar especial", decía.
Cientos de ucranianos mueren en los primeros días de la guerra. Sótanos de hospitales otúneles de metro se convierten en búnker improvisado. Las imágenes de una guerra, vista como nunca, al minuto y en los móviles, golpean a los europeos y una ola de solidaridad se extiende para acoger a los miles de ucranianos (en su gran mayoría mujeres y niños) que intentan salir del país.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, un desconocido para muchos se convierte en protagonista. Cómico, bailarín, actor… el pasado de Zelenski hace que se le prejuzgue. Sin embargo, desde su llegada a la presidencia de Ucrania, había mostrado una clara intención de acercar el país a Europa. En los primeros minutos de la guerra toma el mando y ante los rumores de huída… "aquí estoy", proclama asegurando que no abandonará a los ucranianos.
Mientras, Rusia ataca en varios frentes. En el este para intentar ganar terreno en el Donbás pero también en la zona norte, con accesos desde Bielorrusia. Putin se marca entre sus primeros objetivos la toma de la capital, Kyiv, y otras grandes ciudades alejadas de las áreas controladas por los prorrusos en el este, pero las fuerzas ucranianas resisten.
La comunidad internacional comienza a repudiar el ataque ruso. Comienza a sonar el nombre del Grupo Wagner, una firma de mercenarios afín al Kremlin. Putin insiste en la amenaza de Ucrania para la seguridad nacional rusa y la población rusófona.
Ya en marzo comienzan a hacerse evidentes las carencias de las Fuerzas Armadas rusas, desde aspectos de coordinación a logísticos, pasando por temas de equipamiento. Lo que para Putin era una acción relámpago para recuperar el Donbás, se empieza a alargar.
Crímenes de guerra: las primeras imágenes del horror
Y en abril salen a la luz las imágenes de los primeros grandes horrores. Las tropas rusas se ven obligadas a retirarse de Bucha, en la región de Kyiv, y la comunidad internacional descubre decenas de cadáveres de civiles y sitios de tortura.
La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) abre una investigación por crímenes de guerra. Dentro de Rusia, la censura se hace evidente. Los medios no pueden hablar de "invasión" y crece la represión contra cualquier individuo o entidad que se salga de la línea discursiva del Kremlin.
El 8 de abril, un misil impacta en una estación de tren de Kramatorsk y mata a medio centenar de civiles que pretendían huir. Las Fuerzas Armadas de Rusia se centran en la zona este y sur, en busca de un corredor que permita unificar los territorios controlados por aliados prorrusos con la península de Crimea, anexionada en 2014.
Lanzan la ofensiva final para tomar Mariúpol, donde se presupone que han muerto miles de civiles. La guerra se extiende también en el mar. Un supuesto ataque ucraniano hunde un buque insignia de la flota rusa en el mar Negro, en un golpe simbólico al supuesto dominio de Rusia en el ámbito bélico.
En mayo, Ucrania entrega Mariúpol tras semanas de bombardeos y se acrecienta el asedio sobre la acería de Azovstal, lugar de refugio subterráneo de cientos de civiles desde el inicio de la guerra y símbolo de la resistencia ucraniana.
En Rusia, Putin festeja el aniversario de la victoria soviética sobre los nazis mientras ve cómo países teóricamente neutrales, como Suecia y Finlandia, formalizan sus peticiones de adhesión a la OTAN. Ucrania pide oficialmente su adhesión a la Unión Europea. En menos de un mes, Zelenski consolida los apoyos aliados y Ucrania recibe en tiempo récord el estatus de país candidato a la UE.
Mientras, Rusia logra avances militares en el este de Ucrania y completa el dominio de la región de Lugansk, con el objetivo de seguir ganando terreno en la vecina Donetsk. Moscú comienza también a hacer ver su control sobre el mercado del gas, con cierres temporales del suministro que ponen en guardia al resto de Europa. Y la comunidad internacional empieza a pensar en la amenaza energética de cara al invierno.
Seis meses de guerra y una gran contraofensiva
La guerra entra en su sexto mes y Ucrania lanza su primera gran contraofensiva, con la región de Jersón como principal escenario. Crece la preocupación internacional sobre la situación de la central nuclear de Zaporiyia, considerada la mayor de Europa y en cuyas inmediaciones se registran combates de forma recurrente. La ONU teme un accidente nuclear.
En Crimea, una base aérea de Rusia en la península sufre unas potentes explosiones que dan pie a todo tipo de especulaciones. Imágenes de satélite muestran graves daños materiales en las instalaciones, atacadas presuntamente por las autoridades ucranianas. El gigante ruso Gazprom alega razones de mantenimiento para suspender por completo el suministro a Europa del gas, al mismo tiempo que los gobiernos europeos se esfuerzan por buscar nuevas fuentes y planificar medidas de ahorro que garanticen un invierno sin cortes.
Con la entrada del mes de septiembre, las fuerzas ucranianas consolidan el cambio de tendencia en el frente de combate con avances estratégicos en Járkov y la toma de localidades como Liman, en Donetsk. Zelenski también iza de manera simbólica la bandera de Ucrania en la ciudad de Izium, ocupada durante seis meses.
La reacción de Rusia es rápida. Putin llama a lamovilización parcial para reforzar las Fuerzas Armadas con unos 300.000 nuevos efectivos, lo que da pie a la huída de miles de personas. Más de un millar de personas son detenidas en Rusia por participar en protestas contra esta movilización.
El presidente ruso trata igualmente de contrarrestar sus derrotas con unos referéndums fraudulentos en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, sin el reconocimiento de Kyivv ni de gobiernos aliados de Ucrania. Tras estas consultas, Rusia proclama su soberanía sobre estas zonas, pese a que ni siquiera las controla en su totalidad.
Paralelamente, la crisis energética toma peso. Una serie de explosiones en tuberías submarinas del Nord Stream 1 y el Nord Stream 2 reducen el suministro de gas. Todas las partes, incluida Rusia, coinciden en que se trata de un sabotaje, pero aún a día de hoy no se ha confirmado la autoría.
El puente de Crimea y la venganza de Putin
La guerra avanza y el 8 de octubre, justo un día después del cumpleaños de Putin, el puente que comunica Crimea con Rusia, símbolo de la anexión de 2014, salta parcialmente por los aires. Kyiv no reivindica oficialmente el ataque, aunque no duda en celebrarlo.
Como venganza, Putin ordena ataques masivos a objetivos civiles e infraestructuras por toda Ucrania. Mientras se ceban con la población, Moscú insiste en que sólo atacan objetivos de interés militar. En realidad los ataques con armas de precisión se dirigen contra edificios residenciales, casas, lugares turísticos (como el Puente de Cristal de Kyiv), parques públicos e infraestructuras, además de estaciones eléctricas.
Mientras, las tropas ucranianas siguen logrando avances. El 11 de noviembre recuperan la ciudad de Jersón, capital de la región homónima, después de que Rusia organizase una evacuación masiva sin precedentes por su parte desde el inicio de la ofensiva. Traslada a miles de personas a la orilla izquierda del río Dniéper mientras se esfuerza en desmentir la derrota.
El temor a una escalada internacional del conflicto se dispara tras elimpacto de un misil y la muerte de dos personas en Polonia, territorio de la OTAN. Las investigaciones atribuyen el proyectil a los sistemas de defensa ucranianos, que ese día respondían a una ola indiscriminada de bombardeos rusos.
Metidos ya en diciembre, el frente de combate se estanca, sin grandes avances o retrocesos por parte de ninguno de los bandos en disputa.El invierno ha traído menos horas de luz y temperaturas bajo ceroque hacen que los soldados sufran, más si cabe, en el frente.
Zelenski redobla la presión sobre sus socios internacionales, a los que pide más y mejores armas para evitar un nuevo envite ruso. Estados Unidos confirma el envío de sistemas de misiles Patriot y el país norteamericano es el primer destino elegido por Zelenski para viajar al exterior desde el inicio de la invasión.El presidente de Ucrania se reúne con su homólogo Joe Bideny habla ante el Congreso de Estados Unidos.
Cerca ya del aniversario de la guerra, Rusia reconoce la muerte de 89 militares por un ataque ucraniano en la región de Donetsk, en uno de los incidentes más mortíferos desde el inicio del conflicto. Sin embargo, las tropas rusas recuperan parte de la iniciativa perdida sobre el terreno con intensos combates y avances en zonas como Soledar y Bajmut.
Zelenski reclama ahora tanques y logra el compromiso de países teóricamente reacios a esta ayuda como Alemania y Estados Unidos, para conformar una coalición global que compromete más de un centenar de carros blindados.
Febrero se convierte en un mes de pulso diplomático. Zelenski vuelve a salir de Ucrania, en esta ocasión para hacer escalas en Londres, París y Bruselas. En la capital belga habla ante la Eurocámara y participa en una reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, a los que reclama explícitamente más armas. Kyiv pide a sus aliados que estudien el envío de cazas, opción que aún no ha puesto sobre la mesa ningún gobierno. Los ministros de Defensa de la OTAN se limitan en una reunión en Bruselas a concretar el suministro de otro tipo de equipos como los tanques. España anuncia que enviará seis Leopard.
A días del aniversario, se produce una visita histórica, la de Biden (20 de febrero), por sorpresa y con grandes medidas de seguridad. Un acto que dura solo unas horas pero que transmite una imagen de unidad: EEUU está con Ucrania y estará el tiempo que sea necesario.
Este mismo martes, la escena se repetía con la visita del presidente de España, Pedro Sánchez, a Kyiv y su reunión con Zelenski.
Movimientos que evidencian que la guerra que iba a ser "relámpago" se ha cronificado. Ahora, las incógnitas siguen siendo muchas. Desde la amenaza nuclear, hasta la posición de China y los efectos sobre la economía mundial. Y todo mientras se teme que Rusia pueda recrudecer sus ataque con nuevos bombardeos indiscriminados.
De lo que ya no hay duda es que esta guerra ha provocado el mayor éxodo en Europa desde la II Guerra Mundial. Más de 8 millones de ucranianos han abandonado sus hogares y el número de civiles muertos supera los 8.000, en su mayoría mujeres.