La fiesta, que se celebra el segundo lunes de octubre, es fiesta en todo Estados Unidos. El cambio solo atañe al nombre para conmemorar a "los indígenenas, aborígenes y nativos". "En nombre de la comunidad italiana, queremos celebrarlo contigo", ha declarado Ann Potenza, presidente de la Federación Italoamericana del Sur de California, que ha propuesto celebrar un día para conmemorar "las muertes y el sufrimiento" de los aborígenes, pero otro día distinto.

Crítica con Potenza fue Chrissie Castro, vicesecretaria de la Comisión Indiamericana que aseguró que los políticos necesitaban "desmantelar una celebración patrocinada por el estado de un genicidio de indígenas".

El debate en el que se tomó la decisión fue dirigido por dos hombres con visiones diferentes de cómo cambiar el día de Colón. El diputado Mitch O'Farrel, miembro de la Nación Wyandotte (una tribu en Oklahoma), arguyó que el cambio de nombre de la festividad proveería "una justicia restaurativa".

Joe Buscaino, de ascendencia italiana, ha pedido reemplazar el día de Colón con un nombre diferente que celebre "la diversidad cultural en la ciudad". Buscaino recordó el prejuicio al que se enfrentaron los italoamericanos y pidió a sus compañeros "no curar una ofensa con otra". Mike Bonin, concejal y bisnieto de emigrantes italianos, ha asegurado que "este gesto de reemplazar el Día de Colón por el Día de los Pueblos Indígenas es un pequeño paso para pedir perdón y reparar el daño".

Los Ángeles no es la única ciudad que ha tomado esta decisión. Berkeley, Seattle, Albuquerque y Denver también han cambiado la nomenclatura de la fiesta.