Tan diferentes... y parecidos
Anatomía de 'memepresidentes': Trump y Maduro, entre las gorras, los bailes, el show y el manual del nuevo populismo
Sí, pero... A pesar de ser como el perro y el gato a nivel ideológico, el estadounidense y el venezolano han hecho del meme su forma de hacer política, buscando más los likes y el entretenimiento banal.

Resumen IA supervisado
Donald Trump y Nicolás Maduro, a pesar de sus diferencias políticas, comparten el uso del nuevo populismo basado en el espectáculo y el entretenimiento. Ambos líderes utilizan estrategias similares, como el uso de gorras con mensajes y la transformación de sus oficinas en espacios de entretenimiento. Estas prácticas buscan atraer atención y likes, priorizando el impacto visual sobre el mensaje político. Según Toni Aira, profesor de Comunicación Política, esta tendencia refleja una sociedad global que demanda entretenimiento y emociones para captar la atención. Aunque este enfoque puede ser efectivo a corto plazo, plantea riesgos a largo plazo al priorizar la celebridad sobre la gestión efectiva.
* Resumen supervisado por periodistas.
Donald Trump y Nicolás Maduro. Podría parecer, a priori, que son dos personas, dos líderes, completamente diferentes. Antagonistas incluso, viendo sus ideas políticas. Pero no, nada más lejos de la realidad. Porque ambos comparten algo. Porque tienen como fundamento a seguir el manual del nuevo populismo.
El del show. El de hacer del meme su forma de hacer política. El de usar, incluso, los mismos complementos como son las gorras. Del 'make America great again' de uno al 'no war, yes peace' del otro. Del, también, convertir su despacho en una especie de local de entretenimiento.
A veces, incluso, ni hace falta uno para transmitir las ideas que quieran y para dejar fotos para el recuerdo. Para dejar imágenes que permanecen más en la memoria que los propios mensajes. Que esos, incluso, insultos que dedican a sus detractores.
Porque son como son. Porque se llevan como el perro y el gato, pero incluso así. Y es así porque estas prácticas, estas formas de hacer 'política', no entienden de ideologías.
Es, básicamente, una especie de apuesta por el entretenimiento banal que busca más espectadores y miradas. Que quiere atraer todos los likes posibles. Que, para ello, se hace lo que se tenga que hacer. Y si hay que bailar, se baila. Ahí, de momento, Maduro parece haber sacado más y mejores 'pasos prohibidos' que Trump.
Son las nuevas formas de comunicar. Son incluso maneras que les sirve para vender sus propios intereses, con un Trump tratando de promocionar los Teslas de su excolega Elon Musk o un Maduro presumiendo de un móvil, un "Huawei", que le regaló Xi Jinping.
Así lo define todo Toni Aira, profesor de Comunicación Política 'UPF-BSM': "Responde a un tipo de sociedad global que estamos creando a través de las pantallas, que pide entretenimiento e impacto emocional para mantener unos instantes de nuestra dispersa atención".
"Votamos más a celebridades que a grandes gestores. Esto es pan para hoy pero hambre para mañana. Te entretiene ahora, pero durante cuatro años lo tienes que asumir", ha explicado Aira.
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