Arabia Saudí está deteniendo a mujeres activistas en condiciones crueles e inhumanas que alcanzan el umbral de la tortura, tanto en el derecho internacional como en el de Arabia Saudí, según los parlamentarios británicos y como recoge el diario 'The Guardian'.

Existe una creciente inquietud entre los aliados occidentales por los presuntos abusos de derechos cometidos por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, el líder de facto del reino, que ya está señalado por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

El 'paper ad hoc' de los parlamentarios británicos recoge el acceso a ocho mujeres encarceladas para evaluar su bienestar. Sin embargo, no han tenido acceso al embajador saudí en Inglaterra, el príncipe Mohammed bin Nawwaf bin Abdulaziz.

El informe concluye que las detenidas, activistas arrestadas en la primavera pasada, habían sido sometidas a tratos crueles e inhumanos, que incluyen privación del sueño, agresiones, amenazas de muerte y aislamiento. Además, el informe recoge que es probable que su tratamiento equivalga a tortura y, si no se les proporciona acceso urgente a asistencia médica, corren el riesgo de desarrollar infecciones a largo plazo.

La culpa no solo depende de los perpetradores directos, sino también de aquellos que son responsables o la consienten, recogen en el informe. "Las autoridades sauditas en los niveles más altos podrían, en principio, ser responsables del delito de tortura".

Las activistas detenidas apoyaron firmemente el derecho de las mujeres a conducir, una demanda a la que el gobierno saudí accedió el año pasado, pero parece deicidio a atribuirse únicamente al liderazgo del príncipe Mohammed. En su arresto, las mujeres fueron calificadas como traidoras en la prensa oficial saudí, y ha habido informes persistentes de maltrato.