Un satlélite ha captado el antes y el después del CO2 por los incendios de la Amazonia. Una prueba más de que los bosques tropicales están perdiendo su capacidad de almacenar carbono, según un estudio dirigido por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB-CSIC).

El carbono fijado por los bosques tropicales reduce la cantidad de CO2 de la atmósfera impidiendo un mayor calentamiento del planeta, pero el estudio, publicado en la revista 'Nature Plants', ha revelado que la cantidad de carbono emitida fue la misma que la almacenada en los bosques tropicales entre 2010 y 2017, lo que neutraliza su capacidad como sumidero.

La sequía es una de las causas de los niveles bajos de fijación de carbono en las zonas tropicales, aunque el estudio también apunta a la deforestación como motivo.

El estudio constata que zonas como el sur de la Amazonia, la República Democrática del Congo o Indonesia acumularon grandes pérdidas anuales de carbono debido a esta causa, mientras que regiones que no fueron sometidas a una deforestación masiva siguen actuando como un sumidero de carbono.

Los fenómenos climáticos extremos también afectan a la fijación de carbono y pone como ejemplo la ola de calor extrema que se vivió en Europa en 2003 "que convirtió todo el continente europeo en una fuente de CO2, en lugar de ser un sumidero".