El multimillonario ruso Nikolay Petrunin, vicepresidente del Comité de Energía de la Duma y diputado, ha muerto por complicaciones del COVID a los 47 años, según recogen los medios locales rusos. El apodado el niño prodigio del gas no es el único ejecutivo relacionado con la energía que, desde que empezó la invasión, ha muerto en extrañas circunstancias.
El pasado 12 de septiembre falleció Ivan Pechorin, un ejecutivo ruso vinculado al sector energético, al caer de un barco, según recogen los medios locales del país.
En ese mismo mes, el 1 de septiembre, se suicidó al tirarse por la ventana del hospital en el que estaba ingresado Ravil Magánov, presidente de la petrolera rusa Lukoil. Casualmente, meses antes de su muerte había manifestado su posición crítica con la invasión rusa.
Antes que ellos, falleció el multimillonario Vasili Melnikov. Fue en los inicios de la invasión rusa, el 24 de marzo, cuando fue asesinado a puñaladas junto a su esposa y sus hijos. También fueron asesinados con sus familias el 19 de abril Vladislav Avayev, exdirector de uno de los principales bancos rusos, y Sergei Protonsenya. El primero apareció muerto en Moscú mientras que el segundo lo hizo en Lloret de Mar.
Al mes siguiente, apareció el cuerpo de Alexander Subbotin, exgerente principal de la petrolera Lukoil. Según recogen los medios locales, apareció en la casa de un chamán al noreste de Moscú. Supuestamente estaba allí para obtener una cura contra la resaca que incluía veneno de sapo.
En junio fallecieron en un accidente de coche en la costa del Mar Blanco dos exaltos cargos de la red social VK, la alternativa a Facebook y prohibida tras el inicio de la invasión. El todoterreno en el que iban Sergei Merliakov y Vladimir Gabrielyan volcó y acabó en el mar. Sus cuerpos fueron encontrados en una de las orillas.