El choque entre un avión caza ruso y un dron estadounidense que estaba operando sobre el mar Negro y que fue derribado tras el impacto ha elevado la tensión entre Estados Unidos y Rusia.

El Gobierno de Joe Biden ha acusado a Rusia de realizar una maniobra "insegura" y "no profesional" de dos aeronaves del Ejército ruso y ha explicado que su dron estaba efectuando una operación rutinaria cuando fue interceptado y golpeado, lo que llevó a las fuerzas estadounidenses a derribarlo en aguas internacionales.

Desde el Pentágono descartan que se trate de un accidente y aseguran que los dos aviones habrían empezado a perseguir al dron estadounidense escupiéndole combustible, una maniobra literalmente de "acoso y derribo". Según el comandante de la Fuerza Aérea estadounidense James B. Hecker, "estas acciones agresivas son peligrosas y pueden llevar a errores de cálculo y a escaladas involuntarias".

Por su parte, las autoridades rusas han afirmado que los militares rusos en ningún momento hicieron uso de armamento ni llegaron a entrar en contacto con el dron estadounidense, que volaba con los transpondedores apagados y violando el área delimitada "de conformidad con las normas internacionales" para realizar sobrevuelos en espacio aéreo internacional.

El embajador ruso, Anatoly Antonov, ha tildado de "provocación" las maniobras del dron estadounidense. "Creo que esto es una verdadera provocación. Esto nos provocó a nosotros a realizar ciertas acciones después de las cuales uno podría culpar a Rusia o al Ejército ruso de algún tipo de falta de profesionalidad", ha afirmado, según ha recogido la agencia de noticias 'TASS'.

Antonov, que ha reiterado que el aparato volaba con los transpondedores apagados, ha pronunciado estas palabras ante la prensa tras ser convocado por el Departamento de Estado estadounidense y salir de una reunión para explicar lo sucedido a la embajadora de Estados Unidos en Moscú, Lynne Tracy.

A pesar de estas palabras, ha afirmado que su país "no está interesado en la confrontación". En los últimos tiempos "los contactos con los colegas del Departamento de Estado se refieren solo a protestas y a señales negativas hacia la Federación Rusa", dijo Antónov a la prensa. "Es lo que les dicho y también les dije que la parte rusa no está interesada en la confrontación. La parte rusa está interesada en unas relaciones pragmáticas con Estados Unidos en interés de los pueblos de Rusia y EEUU", agregó.

El embajador indicó que la parte estadounidense presentó una protesta "por, como dijeron, 'las acciones no profesionales de la parte rusa'". "Lo más importante, creo, es que los aviones y buques estadounidenses no tienen nada que hacer junto a la fronteras de la Federación", subrayó, para añadir: "¿Se imaginan que un avión, un dron (ruso) como ese aparezca cerca de Nueva York o San Francisco? ¿Se imaginan cuál sería la reacción de los medios informativos estadounidenses o del Pentágono a ese dron".

Además ha señalado que el dron estadounidense MQ-9 que se estrelló en el mar Negro es un aparato multipropósito "capaz de llevar 1.700 kilogramos de explosivos".

El Ministerio de Defensa de Rusia también se ha pronunciado sobre el incidente y ha reiterado que "el armamento a bordo de los cazas rusos no fue empleado" y que los Su-27 "no entraron en contacto con el aparato y regresaron sanos y salvos a su aeródromo".