Más de 24 horas después de que se hiciese oficial la victoria de Lula da Silva en las elecciones de Brasil, Jair Bolsonaro todavía no ha reaccionado ni reconocido su derrota en los comicios. Las únicas palabras de su entorno que se han dado son las de su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, que ha avanzado que no van a "desistir de Brasil".

"¡Gracias a cada uno que nos ayudó a rescatar el patriotismo, que rezó, fue a la calle, dio su sudor por el país que está funcionando y dio a Bolsonaro la mayor votación de su vida!", afirmó en su cuenta de Twitter.

Desde que las autoridades electorales oficializaron la victoria de Lula con el 50,9% de los votos, el líder ultraderechista no se ha pronunciado al respecto, ni tampoco hay constancia de que haya entrado en contacto con el dirigente progresista. Bolsonaro, que recibió el 49,1% de los sufragios, llegó a insinuar que no reconocería el resultado de las urnas en caso de una derrota, dentro de su campaña de descrédito contra el actual sistema electrónico de votación, que pareció dejar de lado en la recta final de la campaña.

Sus ministros le piden que se pronuncie

Mientras, algunos de los ministros de Bolsonaro, como el de Asuntos Exteriores, Carlos França, están presionando para que se manifieste públicamente, como ya han hecho otros líderes internacionales. Abatido y lacónico se ha mostrado este lunes un Bolsonaro que en la noche del domingo se negó a hablar con sus aliados una vez se conoció su derrota.

Tras conocer los resultados, Bolsonaro se ha encerrado en sí mismo y no se ha manifestado a través de redes sociales y ni siquiera ha conversado como ha hecho casi cada día a lo largo de su mandato con el grupo de incondicionales que le suele esperar a las puertas del Palacio del Planalto.

Además de França entre quienes le han presionado para que reconozca cuanto antes la victoria de Lula y con ello "salvar" algo de su ya maltrecho crédito político está el exministro de Defensa, el general Walter Braga Netto, quien aspira a ser su vicepresidente en estas elecciones, y el ministro de Comunicaciones, Fábio Faria.