Una rara enfermedad tiene en vilo a las autoridades sanitarias de Reino Unido. Se trata del síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, conocido como PIMS, que en la primera ola de contagios ya causó la alarma entre los padres.

Aunque inicialmente se vinculó con la enfermedad de Kawasaki, el PIMS fue reconocido como un síndrome post-COVID que afectaba aproximadamente a uno de cada 5.000 niños un mes después de haber pasado la COVID-19.

Según recoge 'The Guardian', el PIMS implica erupciones cutáneas, fiebre, presión arterial muy baja y problemas abdominales. Se sospecha que dos niños han muerto a causa de esta enfermedad.

Se estima que los hospitales británicos han llegado a recibir hasta a 100 niños a la semana durante la segunda ola. Según cifras aportadas por el diario británico, el 78% de los pacientes con PIMS no presentaban patologías previas y tenían una buena salud.

La edad media de los afectados es de 11 años, oscilando entre los 8 y los 14. El 75% de los casos detectados se han dado en minorías étnicas.