El Partido Socialdemócrata (SPD) ha ganado las elecciones federales de Alemania celebradas este domingo con un 25,7% de apoyo, ligeramente por delante del 24,1% que ha conseguido la coalición de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), que cae a mínimos históricos.

El doble sistema de votación alemán por candidato y por lista confirmaría así al SPD como principal formación en el Bundestag o Cámara Baja del Parlamento alemán con 205 de los 730 asientos, mientras que la CDU/CSU tendría 194. Tanto SPD como la CDU/CSU han expresado su intención de liderar un Gobierno de coalición tras los ajustados resultados.

Así, el líder del SPD, Olaf Scholz, ha destacado el "gran éxito" obtenido por su partido en las elecciones federales de este domingo y ha apostado por "formar Gobierno". "Por supuesto que estoy contento por los resultados electorales. Muchos votantes han dejado bien claro que quieren un cambio en el gobierno y que el próximo canciller debe ser Olaf Scholz", ha remachado. Más allá de sus fronteras, hoy Scholz ha defendido la necesidad de una Europa más fuerte y soberana y unas buenas relaciones transatlánticas como base de la política exterior de un futuro gobierno alemán.

Mientras, el candidato de la CDU, Armin Laschet, ha convocado a los demás partidos a forjar una coalición "contra un gobierno de izquierda" aunque hoy lunes ha relativizado sus palabras sobre su propósito de liderar el nuevo gobierno. Laschet aclaró ante la presidencia de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), que sus declaraciones de anoche afirmando que buscaría una nueva alianza de gobierno eran una "invitación", no una "reclamación", informan los diarios "Bild" y "Die Welt".

En este sentido, Scholz ha asegurado que las conversaciones para formar un nuevo Gobierno, que en principio podrían comenzar el 26 de octubre, deberían culminar antes de Navidad, con la idea de que la canciller saliente no tenga que dar otro discurso a la nación en estas fechas. "Sería absurdo dar una fecha exacta, pero debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que estamos listos antes de Navidad, aunque un poco antes también sería bueno", ha afirmado Scholz, quien ha animado al resto de las formaciones a que "hablen entre sí de manera constructiva", recoge la agencia DPA. En esta misma línea, Laschet ha pedido también que el nuevo Gobierno de Alemania se forme "definitivamente" antes de concluir el año.

Por su parte, el líder de la CSU, Markus Soeder, rival de Laschet por la candidatura a la Cancillería, ha defendido además que los resultados son un revés para Scholz porque éste, según Soeder, prefería una coalición con ecologistas y La Izquierda. Por el momento ninguno de los dos grandes partidos se ha planteado al menos públicamente reeditar la gran coalición entre SPD y CDU/CSU que ha dominado la escena política del país en las últimas legislaturas.

Posibles socios de Gobierno

Por detrás de los dos grandes partidos han quedado Los Verdes (14,8% y 116 escaños), que han logrado el mejor resultado de su historia; el Partido Liberal Demócrata (FDP, 11,5 % y 91 escaños); la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha caído al quinto lugar (10,5% y 84 diputados) y La Izquierda no ha alcanzado el 5% pero ha logrado tres mandatos directos, según recoge la televisión pública alemana ARD.

La líder de Los Verdes y candidata a canciller, Annalena Baerbock, ha afirmado que su formación ha sido derrotada y ha reconocido "errores propios" en campaña. "Queríamos más. No lo hemos conseguido debido a nuestros propios errores al principio de la campaña, mis propios errores. Esta vez no ha sido suficiente, pero el partido tiene un deber de cara al futuro", ha declarado Baerbock.

El colíder de AfD Tino Chrupalla ha reconocido que "las pérdidas hacen daño", pero ha destacado en cambio que tienen "una sólida base de votantes". Además, ante la negativa declarada de los demás partidos a pactar con AfD, Chrupalla ha resaltado que serán oposición. Mientras, La Izquierda, que había reconocido sufrir un descalabor si no alcanzan el cinco por ciento que les daban los sondeos a pie de urna, han conseguido salvar su representación con la elección directa de sus representantes.

Laschet se equivoca al insertar la papeleta y muestra su voto

Una de las anécdotas de esta jornada la ha protagonizado el candidato de la CDU Armin Laschet, quien ha exhibido el voto de su papeleta antes de depositarlo en la urna. Diversos fotógrafos han captado el error del candidato que sucede a Merkel, y su papeleta ha sido difundida ampliamente por los medios.

Laschet, acompañado de su esposa, Susanne, ha acudido al colegio electoral en Aquisgrán y ha introducido su papeleta doblada de tal modo que se podían apreciar las cruces marcadas en ella. La forma de votar del político ha sido destacada por los medios alemanes que siguen las elecciones. "No ha respetado el principio básico del voto secreto", ha señalado el semanario 'Der Spiegel', mientras que 'Die Welt' lo califica de "grave error" lo califica 'Die Welt' y defiende que el presidente de la mesa debería haber rechazado el voto.

¿Quién es Olaf Scholz?

Olaf Scholz, candidato a canciller alemán del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), está ante la gran oportunidad de su carrera política. Aunque pocos le vaticinaban un camino de rosas cuando el SPD le proclamó en mayo candidato a la Cancillería, más de cuatro meses después encara las elecciones de este domingo como virtual favorito a suceder a Angela Merkel, rival política y aliada en el Gobierno actual.

Scholz se formó como abogado, pero tras afiliarse al Partido Socialdemócrata alemán en 1975 inició una carrera política que le llevó por primera vez al Bundestag --la Cámara Baja del Parlamento-- en 1998. En 2002, inició una fase de dos años como secretario general del partido que coincidiría con la etapa de su compañero Gerhard Schroeder al frente del Gobierno.

Su llegada al Ejecutivo, sin embargo, no llegó con Schroeder, sino con Merkel, que le incorporó al gabinete en 2007 como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Eran los inicios de la 'gran coalición' con la Unión Cristiano Demócrata (CDU), esa que ahora mismo Scholz aspira a enterrar mientras sueña con alianzas sin tanta atadura ideológica.

Otra de sus grandes exposiciones políticas tuvo como escenario Hamburgo, la ciudad-estado de la que Scholz fue alcalde desde 2011 a 2018. Durante este periodo, vivió uno de sus momentos más críticos en 2017, durante las protestas anticapitalistas organizadas con motivo de la cumbre de líderes del G20.

La debacle electoral del SPD en las elecciones legislativas de 2017 --logró el 20,5% de los votos, el peor resultado de la historia-- llevó a Scholz a ejercer como bálsamo de una formación en proceso de reconstrucción y que él mismo llegó a presidir durante dos meses de forma interina. Más tarde, en marzo de 2018, irrumpió de nuevo en la 'gran coalición', como ministro de Finanzas y como vicecanciller.

La imagen de este político que comenzó su carrera en posiciones claramente escoradas a la izquierda figura ahora asociada a los programas de recuperación impulsados en Alemania para contrarrestar la pandemia. Los analistas, de hecho, le dibujan un perfil similar al de Merkel.

Compañeros e incluso rivales le ven como un candidato "cualificado y con experiencia", algo que queda claro también en unos sondeos que le sitúan claramente a título personal como el preferido para suceder a la veterana canciller.

Su solvencia en los debates ha terminado por consolidar su imagen y los errores cometidos en sus respectivas campañas por sus principales rivales, el conservador Armin Laschet y la ecologista Annalena Baerbock, han contribuido a dar la vuelta a los sondeos, hasta situar al SPD como el rival a batir en los comicios de este domingo.

"Comienza una nueva era, no solo en el sentido de dar forma al periodo posterior al coronavirus, sino también en cuanto a cómo gestionamos en la próxima década a nuestro país, cómo gestionamos el futuro de Europa", declaró Scholz tras el anuncio de su candidatura, según la agencia de noticias 'DPA'.

Armin Laschet o cómo unas risas pueden lastrar una campaña electoral

Cuando Armin Laschet se sumó a una delegación política que recorrió a mediados de julio de 2021 una zona azotada por las inundaciones no imaginó que ese día marcaría su campaña. Sus risas de fondo en plena tragedia marcaron un punto de inflexión en quien estaba llamado a ser, salvo sorpresas, el sucesor de su compañera Angela Merkel al frente del Gobierno alemán.

Fue en octubre de 2018 cuando Merkel anunció que no se presentaría a la reelección. En ese momento, todo el mundo parecía tener claro que su sucesora sería Annegret Kramp-Karrenbauer. Sin embargo, la repentina renuncia de esta última por una crisis regional llevó a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) a reformular la sucesión, con las espadas en alto.

Se abrió entonces una disputa interna que desgastó a la formación, evidenciando unas grietas de las que terminó sacando rédito Laschet, un abogado con experiencia periodística que supo vender su currículum de gestión política al frente de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania. También fue cuatro años diputado en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán.

Una vez superada la criba interna, se enfrentó a un segundo reto, el de convencer a los socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU) de que él era el mejor candidato del bloque conservador. Así, hizo valer su condición de 'hermano mayor', pese a unos sondeos que ya comenzaban a dejar claro que no gozaba de una amplia popularidad entre el conjunto de la población.

De hecho, el paso de los meses ha terminado por confirmar esta tesis, la de que es un candidato más de partido que de bases, y los sondeos que ponen a los alemanes ante la tesitura de elegir quién sería el mejor canciller dejan claro que Laschet no solo no es el favorito, sino que aparece por detrás del socialdemócrata Olaf Scholz y la ecologista Annalena Baerbock.

Su ambigüedad en los debates televisados tampoco han jugado a favor del aspirante de la CDU, que ha encadenado un problema detrás de otro. A finales de julio de 2021, se disculpó por no acreditar una fuente en un libro escrito en 2009, aunque fueron sin duda sus risas en plenas inundaciones las que pasarán a la historia de la comunicación política en Alemania.

"Fue tonto, estúpido", reconoció en una entrevista en agosto, al ser interrogado por reírse durante una comparecencia ante los medios de un circunspecto presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. En este sentido, Laschet se ha esforzado por dejar claro que su "buen humor" no tenía nada que ver con la escena en sí, pero está por ver si ha convencido a la ciudadanía.

[H3:Elecciones inéditas en 16 años: Scholz ronda el 25% en intención de voto]]

Alemania se ha enfrentado a unas elecciones inéditas en 16 años, el tiempo que ha estado Merkel al frente del Gobierno. Sin la veterana canciller en las papeletas y con la incertidumbre de cómo se reconfigurará el panorama político, los alemanes deberán elegir quiénes conforman el Budestag (Cámara Baja) para la próxima legislatura.

La participación en las elecciones se ha situado en el 36,5%, 4,6 puntos menos que en los comicios de 2017, según los datos oficiales del Comisario Federal de Elecciones, Georg Thiel.