Al menos 133 personas han resultado heridas y 412 personas han sido arrestadas en París durante las violentísimas protestas que han sacudido la capital francesa en el día más conflictivo desde el inicio de las protestas del colectivo de los 'Chalecos Amarillos', en el que "grupos de alborotadores" infiltrados entre los manifestantes legítimos, según el Ministerio del Interior francés, han quemado vehículos y negocios, y forzado enfrentamientos contra la Policía.

Entre los heridos hay 23 policías, según la Policía de París y el primer ministro francés, Edouard Philippe. "Estamos comprometidos con el diálogo, pero también con el respeto a la ley. Estoy francamente sorprendido por estos ataques a los símbolos de Francia", ha declarado.

El Ministerio del Interior ha responsabilizado a "grupos violentos" de los incidentes y ha asegurado que el Gobierno está "en proceso de restaurar el orden". El secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, ha señalado en concerto a "personas con casco, armados y hostiles a la Policía, a nuestras instituciones, a los símbolos de la República".

También la ministra de Sanidad, Agnes Buzyn, ha condenado esta violencia. "Me gustaría escuchar a los 'Chalecos Amarillos' decir que la manifestación ha sido secuestrada por grupos extremistas y que no pueden aceptarlo", ha afirmado en la televisión BFM. Buzyn ha instado a los manifestantes a organizarse para poder abrir un diálogo.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo ha declarado "una profunda indignación y una gran tristeza por la violencia en el corazón de París". "Son actos inaceptables", ha hecho saber Hidalgo en Twitter. "Nuestro país se enfrenta a una gran crisis. Solo se puede resolver a través del diálogo. Debemos encontrar esta manera tan pronto como sea posible", ha agregado.

Otros cargos públicos han sido más alarmistas, como la concejala del octavo distrito de París, Jeanne d'Hauteserre, quien ha denunciado un "estado de insurrección". "Nunca había visto algo así", ha señalado. La violencia de las manifestaciones ha llevado incluso a algunos representantes del movimiento a condenar el comportamiento de los asistentes.

"¿Qué mensaje queremos transmitir los 'Chalecos Amarillos'? ¿Que prendamos fuego a Francia o encontramos soluciones? Esta violencia es absurda", ha declarado a la televisión 'BFM' Jacline Mouraud, una destacada activista dentro del movimiento.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha visitado el Arco del Triunfo de París nada más regresar de la cumbre del G20 de Argentina para examinar de primera mano los daños causados por los disturbios, los más violentos de hace una década en la capital francesa.

En un caso extremo, Macron podría ordenar la declaración del estado de emergencia si persisten los disturbios, según ha declarado este domingo el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux. "Tenemos que pensar en las medidas que se pueden tomar para que estos incidentes no vuelvan a suceder", dijo Griveaux a la radio 'Europe 1'.