Muere el sumo pontífice
Una agenda pública reducida al mínimo y un baño de masas en la plaza de San Pedro: así han sido los últimos días del papa Francisco
El contexto El sumo pontífice ha muerto este lunes en su residencia de Santa Marta del Vaticano a los 88 años, tras más de dos meses arrastrando graves problemas respiratorios.

Un día después de asistir a la misa del Domingo de Resurrección, el papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años de edad en la Casa Santa Marta del Vaticano. El pasado 14 de febrero ingresó en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis, y desde entonces, el sumo pontífice redujo al mínimo sus intervenciones públicas, lo que intensificó los rumores sobre la posibilidad de que su deterioro fuera irreversible.
Desde ese momento, el papa apenas ha aparecido en público, ausentándose de la mayor parte de los actos de esta Semana Santa. El vía crucis del Viernes Santo en el Coliseo Romano estuvo marcado por la ausencia del pontífice, cuyo único acto público fue este domingo en la misa del Domingo de Resurrección en el Vaticano. Además, Francisco pudo saludar por última vez a los 50.000 fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro a bordo del papamóvil.

Unos minutos antes, recibió al vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, en la que fue su última audiencia con un mandatario internacional. En ese encuentro, Francisco criticó el "desprecio a los migrantes" de la Administración Trump y rechazó la "carrera para el rearme" ante el incremento de las tensiones en el panorama internacional.

En ese encuentro con Vance, las propias cámaras del Vaticano apenas enfocaron al papa, aunque se le pudo ver alicaído, con dificultades para respirar y con un gran deterioro físico tras dos meses arrastrando graves problemas de salud.
Pese a que sus apariciones públicas disminuyeron considerablemente en las últimas semanas, Francisco no dejó de lado sus funciones y continuó su trabajo diario rodeado de sus colaboradores más cercanos. También se le pudo ver irrumpiendo inesperadamente en la Basílica de San Pedro en un par de ocasiones, la última de ellas el pasado sábado, sorprendiendo a los fieles que se encontraban allí para asistir a la Vigilia Pascual.
Además, durante la Semana Santa visitó la cárcel de Roma y el hospital Gemelli, donde pudo reencontrarse con los profesionales sanitarios que le atendieron durante sus 38 días de ingreso.