Yevgenia Magurina, una azafata de la aerolínea Aeroflot, denunció que la compañía discriminaba a las azafatas en función de su peso y su edad. Dio voz a una situación sufrida por cientos de trabajadoras que habían visto cómo eran apartadas de los vuelos internacionales, los mejor pagados, por su físico.

En lugar de pedir disculpas, el portavoz de la empresa ha dicho en rueda de prensa que "las azafatas gordas son un problema" y ha justificado sus palabras añadiendo que pueden dificultar las evacuaciones, hacen que los aviones pesen más y también dañan la imagen que quiere proyectar la aerolínea. Incluso ha llegado a afirmar que son "un peligro".

Aeroflot discrimina a las azafatas de más de 40 años o con una talla superior a la 40, según publica Antena 3. Las deja en un segundo plano y las excluye de los trayectos de mayor distancia, obligándoles a hacer vuelos más cortos y a peores horas.