El mundo se enfrenta a una grave crisis alimentaria. Es la advertencia que han lanzado los líderes de las potencias mundiales del G-7 en la última reunión que han mantenido en torno a la invasión rusa en Ucrania.
Un encuentro en el que no se ha descartado imponer nuevas sanciones al Gobierno de Vladimir Putin por la guerra que ha desatado en Ucrania.
Ha sido el presidente francés el que, en una rueda de prensa posterior a las cumbres de la OTAN y el G-7, ha lanzado esta advertencia. "La guerra en Ucrania imposibilita, por ahora, sembrar como se debe y por tanto, nos está dando una situación que será mucho más grave en 12-18 meses. Estamos entrando en una crisis alimentaria sin precedentes", ha manifestado.
Emmanuel Macron también ha señalado que "la elección de Rusia de la guerra hace que hoy países como Egipto y otros en el Magreb, en África, en Oriente Medio y Próximo, tengan dificultades de suministro".
"Esta situación va a crear una crisis alimentaria, situaciones humanitarias gravísimas en varios países y (...) consecuencias políticas masivas", ha agregado al respecto.
En ese sentido ha anunciado la puesta en marcha de una iniciativa para con países, organizaciones y el sector privado paliar la crisis alimentaria, similar a la creada para la donación de vacunas contra el COVID-19. Entre las acciones contempladas, ha mencionado la liberación de las existencias almacenadas, la eliminación de las restricciones a las exportaciones de materias primas agrícolas o el incremento temporal de los límites de producción en los países productores "sin comprometer los objetivos de sostenibilidad".