Al grito de "muerte a los traidores y libertad para Reino Unido", el supuesto asesino de la diputada laborista, Jo Cox ha iniciado su interrogatorio en dependencias judiciales. La policía de Yorkshire acusa a Thomas Mair de varios cargos entre ellos asesinato, agresión y posesión de armas.
"Yo escuché dos disparos antes de que fuese. Cuando llegué vi la sangre en la zona de la cara" dice uno de los testigos del macabro crimen. En mitad de la calle, entre dos coches, la diputada recibía tres disparos, uno de ellos en la cabeza y, al menos, siete puñaladas. Pero Thomas Mair no fue muy lejos, la policía lo detuvo a escasos metros, según los agentes portaba un enorme cuchillo y un arma de fuego antigua y rudimentaria.
Reino Unido se despierta todavía conmocionado con la tragedia. "¿Por qué una persona llega a hacer algo tan terrible y encima en su pueblo?", se pregunta un ciudadano, y eso es lo que investiga la policía. En su casa se han encontrado numerosos artículos y libros de extrema derecha. Hay facturas que reflejan la compra de manuales para la fabricación de armas y explosivos.
También se han confirmado sus problemas mentales en el pasado, por lo que los investigadores se inclinan más a pensar en un incidente aislado que en un grupo organizado. Los laboristas han anunciado que hasta el próximo lunes no habrá campaña. Defensora incansable de los derechos humanos ahora el más importante le ha sido arrebatado.