Duke es un perro que ha vivido su peor pesadilla. Su dueño, pensando que estaba enfermo, le dejó encadenado a un remolque para que muriera. Durante diez largos días, Duke estuvo atado hasta que una mujer le encontró. Fue localizado en un avanzado estado de desnutrición y con las patas delanteras totalmente destrozadas.
La mujer, al darse cuenta de la gravedad, contactó con la fundación 'Rudozem Street Doc Rescue' y Tom Rowles, su cofundador, acudió al lugar de inmediato para ver como se encontraba el animal. Tom encontró a Duke temblando y al estar el refugio lleno, acogió a Duke en su casa.
A Duke le realizaron varias pruebas y se percataron que no padecía ninguna enfermedad, aunque si se podían observar dos cosas. La primera eran los síntomas postraumáticos del abandono, y por otro lado que las graves heridas de las patas también fueron provocadas por abusos previos.
Pero a Duke se le ha dado una segunda oportunidad. Tras varias operaciones y largos meses de recuperación, el animal ha conseguido andar sobre sus patas delanteras. Además, alguien ha hecho una petición para adoptarle y darle un hogar lleno de amor.