Es el hombre que ha hecho saltar todas las alarmas esta mañana en Orly. Ha sido abatido tras intentar arrebatar el arma a una soldado en el aeropuerto: "La tenía cogida por el cuello y, al mismo tiempo, le agarraba el brazo y tenía el arma de la soldado" explica un testigo. No llevaba ningún explosivo adosado al cuerpo y tampoco se han encontrado artefactos en el aeropuerto.

Todo empezó hora y media antes de Saints, al norte de París, donde le pararon en un control policial para pedirle la documentación. Viajaba en un Clio blanco robado y reaccionó disparando a los agentes con una pistola e hiriendo a una de ellos. El sospechoso huyó entonces hasta Vitry, donde abandonó el Clio y robó otro coche, un Citroen Picasso con el que se dirigió al aeropuerto de Orly.

El abatido tenía 39 años y nació en París, estaba fichado por la policía por tráfico de estupefacientes. Después entró en el radar de los servicios de inteligencia por haberse radicalizado, presuntamente, en prisión. Su padre y su hermano ya están bajo custodia policial para ser interrogados.

De momento el gobierno francés se resiste a hablar de ataque terrorista: "Era conocido por la policía y por los servicios de inteligencia, y ahora es labor del fiscal que lleva el caso establecer qué es lo que ha pasado y dar esa información" ha apuntado Bruno Le Roux, ministro del Interior de Francia.

Quien ya investiga ya lo ocurrido es precisamente la fiscalía antiterrorista y todo apunta, dice, a que ese sería el móvil del ataque. Lo ocurrido recuerda a lo vivido hace apenas mes y medio en el museo del Louvre, cuando un terrorista de nacionalidad egipcia agredió con un machete a un grupo de soldados.