Habían cientos de menores deshidratados, sin comer y beber durante horas y asustados por la oscuridad cuando el cuando el equipo de Proactiva Open Arms comenzó los rescates en el Canal de Sicilia a las cinco de la madrugada.

Hubo aplausos de decenas de migrantes al saberse a salvo, pero la luz del día y el buen tiempo tras días de malas condiciones han traído consigo una avalancha sin precedentes de barcazas atestadas con cientos de niños a bordo en brazos de sus madres. Hasta unos gemelos prematuros de sólo cinco días, todos rescatados en las 40 operaciones de salvamento.

"Había embarcaciones con muchísimos bebés, niños de días. Llevaban horas al sol y los padres los levantaban para que los viéramos. Incluso alguno tuvo que ser evacuado en helicóptero", ha manifestado Óscar Camps, director de Proactiva Open Arms

En total 6.500 personas han sido salvadas a lo largo de 20 dramáticas horas en el Mediterráneo, a pocos kilómetros de la costa Libia. Una cifra histórica.

Aunque eso a muchas jóvenes que consiguen su sueño no les importa. Sólo alcanzan a entonar una canción para agradecer que están vivas, que el mar no ha podido con ellas.

"Todo lo que se vivió ayer fue muy intenso. Todo fue absolutamente muy intenso. Más que nunca. Más que ningún otro día", ha añadido Camps.

Todos los refugiados suben exhaustos a la embarcación que les llevará a tierra firme. Un trayecto que han recorrido igual más de 106.000 personas en 2016 y que lamentablemente más de 2.700 jamás llegaron a completarlo.