Casi una de cada tres cirujanas del sistema público de salud británico (NHS) asegura haber sufrido una agresión sexual en los últimos cinco años, según un nuevo estudio. El informe, publicado por el British Journal of Surgery, se elaboró a partir de encuestas a 1.704 trabajadores de quirófanos (desde cirujanos a médicos residentes), más de la mitad de ellos mujeres, y arrojó unos hallazgos que han llevado al Real Colegio de Cirujanos a calificarlo de "muy impactante".

Un 63 % de las encuestadas señaló haber sufrido algún tipo de mala conducta sexual por parte de sus colegas y el 29,9 % de las cirujanas encuestadas dijo haber padecido algún tipo de agresión sexual, desde tocamientos a violaciones. Además, el estudio descubrió que una de cada diez de esas trabajadoras había experimentado algún tipo de "contacto físico forzado vinculado a oportunidades laborales". Mientras, un 0,8 % de las cirujanas dice haber sido violada por algún colega, tanto en el lugar de trabajo como fuera de él.

El estudio da la voz a testimonios como el de Judith, una cirujana que explicó cómo, en sus primeros años como profesional, un cirujano veterano se secaba el sudor de la cara en sus pechos. Cuando ella le ofreció una toalla, él respondió que prefería hacerlo en su escote, "porque es mucho más divertido".

El análisis de la Universidad de Exeter, la Universidad de Surrey y un grupo de trabajo contra el maltrato sexual en los quirófanos pone de relieve que muchas mujeres temen que denunciar un abuso pueda perjudicar sus carreras y carecen de confianza en el NHS para hacerlo.

"Se podría decir que un aspecto implícito de formar parte de la cultura quirúrgica es no llamar la atención sobre las malas conductas sexuales", señalan los autores en sus conclusiones. "El lugar de trabajo de los cirujanos es especialmente vulnerable a la conducta sexual inapropiada, con un personal mayoritariamente masculino y veterano, fuertes estructuras jerárquicas y entornos de mucho estrés", agrega el estudio.